NOTA BENE

Responsabilidad y libertad

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La Universidad Francisco Marroquín lanzó una campaña sobre la responsabilidad. Afirma que es la otra cara de la libertad. No está de más recordar este discernimiento, válido para todos los hombres a lo largo de la historia. La campaña arranca con un imperativo, casi agresivo: “Haz lo que te dé la gana”, pero agrega, “hazlo responsablemente”. No es un llamado al libertinaje. Las consecuencias de consumir drogas reiteradamente son graves: además del deterioro en la salud propia, el drogadicto hiere a las personas a su alrededor e incumple con sus obligaciones. Quien come de más, desarrolla problemas de salud por su gordura; quien roba o estafa a otros, merece parar en la cárcel. Una persona responsable pondera la cadena de sucesos predecibles que provocará su actuar y reconoce que, además, su decisión generará efectos imprevistos, y los asume, pesen lo que pesen. De esa cuenta, resiste la tentación de consumir drogas, ser glotona y robar o engañar a otros.

La palabra responsabilidad viene del latín responsum, o responder. Literalmente describe a aquel que responde de sus actos. Ser responsable implica escoger lo mejor para nosotros y quienes nos rodean. Es más libre quien se esfuerza siempre por hacer el bien. Entregarnos al vicio nos vuelve menos deliberantes, menos racionales y, por ende, menos libres. Aristóteles explicó que la virtud es un hábito. Somos fieles a nuestra naturaleza cuando practicamos hábitos buenos, explicó el filósofo griego. Al repetir varias veces el acto virtuoso, vamos alcanzando la perfección. Para Aristóteles, el acto responsable debe ser voluntario (porque se nos da la gana) y elegido.

Quienes son responsables aprovechan el tiempo y sus talentos. Saben que su paso por la tierra es corto, y buscan rendir frutos. Son trabajadores, esforzados, veraces, leales, respetuosos y justos. Son realistas; admiten sus errores y piden perdón. Evitan culpar a otros de sus actos, como, por ejemplo, justificando una mala nota porque “el profesor me odia”, “mis compañeros no me avisaron que había examen” u otra excusa similar. Generan un clima agradable y eficiente en la oficina y en su hogar; suelen ser generosos y serviciales.

' ¿Por qué es superior una sociedad de personas libres y responsables?

Carrol Rios de Rodríguez

Las personas responsables no son de las que se dejan llevar por la corriente. Prefieren dotar de sentido a su existencia y llevar el control, antes que vagar sin propósito o ceder a las presiones de grupo. No se lanzan impulsivamente a hacer el último reto-tendencia en Tik Tok ni suscriben ideas sin previa examinación. No se cruzan de brazos, esperando que alguien venga a resolver un problema latente, sino ponen los medios para buscar soluciones viables.

Las personas responsables nadan contra la corriente del progresismo de moda. En algunos campus universitarios y en otros sitios comúnmente se escucha de colectivos que exigen una larga lista de “derechos sociales” sobre la base de ofensas históricas. Se refieren al “privilegio blanco” para señalar las actitudes del hombre opresor. Aunque hace años que la ley prohíbe la esclavitud y la discriminación, se califica de estructural al racismo o sexismo. Quienes se rotulan como víctimas agraviadas achacan sus males a fuerzas externas y se vuelven irresponsables. Esperan que el Estado se convierta en su paternal benefactor y haga una repartición de bienes materiales con base en sus necesidades, en lugar del mérito. Dista mucho esta postura de la adoptada por Eleanor Roosevelt, quien, en sus luchas por los derechos civiles, expresó que “con la libertad viene una gran responsabilidad. Para la persona que no está dispuesta a crecer, la persona que no quiere llevar su propio peso, esta es una perspectiva aterradora”.

ESCRITO POR:

Carroll Ríos de Rodríguez

Miembro del Consejo Directivo del Centro de Estudios Económico-Sociales (CEES). Presidente del Instituto Fe y Libertad (IFYL). Catedrática de la Universidad Francisco Marroquín (UFM).