Escenario de Vida
Se sigue perdiendo la laguna de Lachuá
El crimen organizado trabaja consistentemente en apoderarse de nuestras bellezas.
Cuando llegué, hace un tiempo, a visitar el Parque Nacional de la Laguna de Lachuá, el cual fue declarado parque en 1976, me encontré con la laguna más extraordinaria que he conocido en Guatemala. Simplemente parecía un espejo de agua, completamente redonda, plácida y hermosa. Lo triste es que esta laguna, localizada en Cobán, está siendo destruida por manos criminales.
Todas las personas que nos atendieron fueron espléndidas y nos brindaron calor humano, haciéndonos sentir en casa. Nos alojaron en un lugar acogedor y exótico a la vez. Lo que rodeaba la laguna era de un verdor incomparable.
Como buen amante de los escarabajos, mi amigo Jack Schuster, que en paz descanse y que en esa oportunidad me acompañó para la filmación de mi programa Los secretos mejor guardados, estuvo encantado encontrando nuevas especies de escarabajos, y yo, por mi lado, descubrí una misteriosa cueva y disfruté nadando y remando en kayak en el maravilloso espejo de agua.
El lago tiene una superficie de 145 km², con humedales de gran importancia internacional. Cuenta con 120 especies de mamíferos, 30-40 especies de reptiles, 177 especies de aves y 36 especies de peces. Vimos el cocodrilo morelet, la culebra buceadora, jaguares, pumas, tapires, murciélagos y escarabajos. Entre aves acuáticas, vimos pelícanos pardos, garzas, garcetas y el pájaro cantil.
Si sigue el rumbo al que va esta situación, perderemos uno de los paraísos más espectaculares de Guatemala.
Actualmente es imposible visitar dicha laguna, pues se encuentra invadida por cientos de familias que no son de escasos recursos, sino comerciantes de tierras, cuya intención es lotificar el área. El Instituto Nacional de Bosques (Inab) ha intentado frenar las actividades ilícitas, presentando denuncias ante las autoridades, pero los procesos se quedan en el tintero.
¿Será que vivimos dentro de una gran demencia? Digo demencia porque no comprendemos cómo quedan impunes estas invasiones en bellos parajes que debieran estar protegidos. Hace poco me enteré de que había un aproximado de 2 mil 600 hectáreas de terreno invadido, y ahora quizás mucho más, pues va en aumento. Esto representa el 18 por ciento del área protegida.
Fue en 1997 cuando delimitaron el parque, y ya existían 50 personas en el lugar. No obstante, el objetivo de los nuevos invasores ha sido destruir la naturaleza y sembrar cultivos como cardamomo, maíz, frijol y otros. Se trata de personas aprovechadas, bajo pretextos de necesidad de tierras, que al obtenerlas, luego las venden para ganar dinero fácil, cuando no les corresponde.
Estos invasores trafican con madera y especies de fauna. Muchos son propietarios de vehículos comerciales, casas de bloc y lotes propios. La lista de invasiones a lo largo de varias décadas es interminable, sin que nadie pueda pararlas. Hubo un grupo de personas a las que uno de los gobiernos reubicó, les compró una finca en Chisec, pero muchas vendieron sus terrenos y regresaron a invadir de nuevo en 2017.
Me pregunto: ¿por qué no puede nadie desalojar a estos invasores? Sería bueno que se investigara qué malhechores o políticos están detrás. Cada año se destruye más y más el Parque Nacional Laguna de Lachuá. En el 2018 se elaboró un plan de desalojo por medio de una Mesa Interinstitucional de Cobán, pero pareciera que el crimen organizado tiene más poder para hacer que todo siga un curso nefasto. ¿Por qué el Ministerio Público no resuelve esto? Quisiera respuestas al respecto, y si hay quién me pueda decir cómo detener a estos delincuentes que han elaborado escrituras de propiedad falsas y ventas de terrenos de Q600, Q1 mil o Q 3 mil dentro del área protegida. Si sigue el rumbo al que va esta situación, perderemos uno de los paraísos más espectaculares de Guatemala.