REGISTRO AKÁSICO

Solo faltó el antifaz

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El interés nacional consiste en asegurar la defensa, seguridad y bienestar de la población, a través de la estabilidad y funcionamiento adecuadamente razonable de su sistema político, protegido de intromisiones abusivas para garantizar su independencia. Para medir la seguridad de la población es bueno fijarse en la satisfacción con su forma de vida, sin sobresaltos por menoscabo en los bienes materiales de los que goza.

En consecuencia, los gobiernos deben conocer el ámbito de su influencia internacional para evitar complicaciones por afectar a otros sistemas políticos. En esa esfera se reciben presiones susceptibles de llegar a claros ataques a la soberanía; necesitan neutralizarse con llamados a la paz y bajo conocimiento de las realidades geopolíticas. Además, un país pequeño necesita fortaleza económica.

Fue el presidente Woodrow Wilson (*1856 +1924) quien propuso manifestar puntos de vista valorativos para ayudar a resolver conflictos internacionales: respeto de las fronteras, jamás patrocinar a la oposición interna; mucho menos enviar agentes o soldados al territorio de otro Estado. Lo que no dijo refiere las consecuencias por esas manifestaciones. En nuestra cultura existe el dicho, un tanto sacrílego: quien se mete a redentor sale crucificado.

La estructura geopolítica determina el límite de la propuesta declarativa. Las potencias del Consejo de Seguridad de NU pueden tener política global, pero los países pequeños solo pueden expresarse en el ámbito próximo. En nuestro caso, es inexcusable carecer de embajadores, delegaciones, visitas culturales y relaciones comerciales en el Caribe. Por lo tanto, es obvia la miopía del Gobierno en la política internacional.

' No basta con los problemas sufridos si no se buscan nuevos para agravar crisis y desencuentros.

Antonio Mosquera Aguilar

La distancia no es óbice para la amistad entre países, a pesar de costos altos. La relación con Israel es apreciada por la población, aunque haya repercusiones en la política interna por entregas de dinero de salafistas dirigidos a determinados activistas locales mercenarios. Para conseguir balancear el disgusto, se impulsa la amistad con países de mayoría musulmana. También es conveniente, las relaciones con las potencias financieras del Golfo Pérsico, así como con India. En las relaciones heredadas con Taiwán, el interés nacional debe manifestarse en la neutralidad y evitar involucrarse en acusaciones falsas sobre el belicismo chino o supuestas agresiones contra la isla. Ese asunto se resolverá pacíficamente, no hay que pasar calenturas ajenas ni dar por ciertas elucubraciones sobre escenarios futuros sin base.

El pleito del Gobierno con los izquierdistas demócratas de EUA , es más que justificado. Estos atacan al país por alguna obsesión racista o deseo de aflojar áreas de negocio para sus avorazados patrocinadores. Se lleva todas las de perder, pues los contrarios, los republicanos derechistas, tampoco darán muestras de reprimir su avidez de negocios La salida no es ingresar en el pleito entre ambos bandos extremistas, sino salirse de esos debates estúpidos y reprimir exacciones delictuosas a inversores, justificativo de la intervención extranjera contra cualquier gobierno nacional.

Lo que carece de absoluto sentido es romper el bajo perfil en relaciones exteriores para involucrarse en medio de conflictos internacionales. No se puede ir por el mundo montado en un corcel disparando balas de plata, sin capacidad de aguante, mucho menos respuesta, frente a la venganza por parte de una potencia. Es una aventura temeraria entrometerse en la guerra de Ucrania, ponerse una chaqueta de cuero y gritar ¡jayo, silver! No hay que ser irresponsables.

ESCRITO POR:

Antonio Mosquera Aguilar

Doctor en Dinámica Humana por la Universidad Mariano Gálvez. Asesor jurídico de los refugiados guatemaltecos en México durante el enfrentamiento armado. Profesor de Universidad Regional y Universidad Galileo.