Catalejo
Subir el salario mínimo tiene efectos inesperados
La decisión personal de Bernardo Arévalo para subir el salario mínimo ya es rechazada por el sector privado organizado.
El salario mínimo es una idea cuyos efectos en demasiadas ocasiones son inesperados, porque sus relaciones con la política y la economía, pero además con el beneficio verdadero de los ciudadanos y sus familias. Una de sus características más claras es la manera como causan problemas según el tamaño de las empresas, lo cual a la vez tiene relación con el tamaño de su planilla. Analizar este factor es fundamental para analizar la tranquilidad de quien recibe un salario fijo y la satisfacción laboral de pertenecer a una empresa. Abarca desde las mini, pequeñas y medianas, hasta las grandes y megaempresas industriales. Afecta además en algo o en mucho al precio de los productos y por tanto a la competitividad tanto interna como externa, en este caso con la pérdida de contratos a causa de la subida de precios.
Desde la perspectiva política, a los funcionarios de gobierno les interesa aumentarlo y lo hacen por decreto, gracias a interpretaciones de las cifras realizadas por entidades gubernativas o técnicas casi todas interesadas en presentar números positivos. Estos se utilizan para quedar bien con los ciudadanos, aunque en la realidad los resultados sean contraproducentes, al provocar el doloroso desempleo, cuyos efectos a su vez se multiplican. Por ello abundan los señalamientos de este efecto negativo. Cuando un gobierno sube el salario mínimo por decreto, y aunque esté basado en informes, el costo de la vida aumenta. Punto. Subir el salario mínimo provoca entre quienes no tienen conocimientos de economía teórica la pregunta de por qué no fue aumentado en mayor proporción y por eso lo consideran muy reducido.
Cuando un gobierno sube el salario mínimo por decreto, y aunque esté basado en informes, el costo de la vida aumenta.
En las empresas, el peor efecto de esta decisión presidencial o gubernativa lo tienen aquellas mínimas, pequeñas o medianas, pues se ven obligadas a despedir personal y muchas veces a cerrar. En estas, el propietario muchas veces es a la vez trabajador, quien tiene el efecto adicional del pago de las prestaciones laborales. Al quedarse sin empleo, los trabajadores poco calificados se ven forzados a salir del país, sobre todo a Estados Unidos, donde en estos momentos es un riesgo de primera porque el gobierno actual está dispuesto a actuar como sea para expulsarlos, aunque sean trabajadores legales, no emigrantes ilegales. Si no lo hacen, pueden decidir dedicarse al narcomenudeo, al sicariato, robo, asalto y otros crímenes. Como si fuera poco, si son capturados aterrizan en las cárceles, donde seguramente serán “entrenados”.
El error en este campo es considerar a toda empresa como grande o muy grande, y por ello capaz de absorber los nuevos gastos sin provocar despidos, aunque no pueda evitar la reducción del porcentaje de utilidades. En estas se presenta el ya mencionado incremento de costos y también de precios de los productos. Deben buscarse soluciones. La primera es informar a los trabajadores acerca de estas realidades. Los populistas y las ideas del socialismo exagerado pronto son comprendidos por quienes saldrán afectados, pero sobre todo se les deben explicar las razones. Como en toda actividad y agrupación humanas, hay personas conscientes de los efectos del desempleo, pero también , gente deseosa de causar rechazos entre los trabajadores, quienes muchas veces son convencidos de exigencias causantes del desempleo.
En cuanto a las empresas, hasta la misma palabra se ha vuelto sinónimo de explotación a causa de ese factor ya mencionado, pero también de los casos en los cuales efectivamente existe. En las negociaciones y reuniones de las partes no se llegó a un acuerdo, a veces debido a la mezcla de ataques malintencionados contra el gobierno y de posiciones inamovibles. Vale la pena reiterar: el salario mínimo aunque a veces es considerado el máximo, no es una mala idea, pero carece de buena fama en el sector empresarial, por considerarlo peligroso para la subsistencia de las empresas y por tanto causante del atraso del país al no tener una población capaz de llenar su derecho a la comida, vivienda, educación y un suficiente número adicional de satisfactores ahora no presentes en las familias de la clase media hacia abajo.