Meta Humanos
Una perspectiva joven y local del desarrollo
Guatemala es un país con muchísimo potencial, y como joven, ver el desarrollo de este llena mi corazón.
Guatemala es un lugar sagrado en donde la energía de la tierra, del fuego, del aire y del agua han creado volcanes, lagos y bosques tropicales con una flora y fauna extraordinaria. Un país con gente mágica que muestra su diversidad en sus colores y contagia sonrisas.
Sin embargo, no todo en este país es deslumbrante. Simultáneamente existen realidades muy dolorosas que no deberían existir. Estamos en un país donde pocas personas logran realizar sus sueños y donde a veces migrar parece ser la única opción. Es triste pensar que muchos se ven obligados a dejar su lugar natal porque las oportunidades se encuentran centralizadas en las áreas urbanas. Las realidades duras que durante muchos años normalizamos son un llamado a la transformación. “El interior” ha sido olvidado en múltiples aspectos durante ya demasiado tiempo. Guatemala como país tiene mucho potencial aún por desarrollar y son incontables las comunidades que piden que se les ponga atención.
Como joven guatemalteca he visto el increíble cambio que sucede cuando las oportunidades económicas llegan a comunidades remotas. He visto cómo a través del turismo las comunidades alrededor de la cuenca del lago de Atitlán hacen posible un desarrollo sostenible. He visto cómo el turismo nacional y extranjero que invierte y compra productos hechos a mano por mujeres artesanas y artistas locales les permite darse a conocer. Las mujeres, a través de este apoyo, se convierten en agentes de cambio importantes en su comunidad. Como local, puedo decir que esta transformación socioeconómica hace que vivamos en un entorno más agradable. La transformación que sucede gracias al turismo sostenible además mitiga la necesidad de migrar. Se hace posible una mejor calidad de vida descentralizada.
“Ojalá supieran lo talentosa que es su gente, lo hermosas que son las vistas y lo maravilloso que es estar aquí”.
Un buen ejemplo de esto es mi querida comunidad de San Juan La Laguna. Un colorido paraíso de atracción turística para quienes nos visitan. Hoy en día vemos a miles de personas que nos visitan a diario de los diferentes lugares del mundo recorriendo calles llenas de expresión artística que reflejan nuestra cultura maya t´zutujil. A través del fomento cultural dentro de mi comunidad, los niños y jóvenes estamos comprendiendo aún mejor nuestra identidad y pertenencia cultural. Gracias al acceso a oportunidades y al espacio que se les ha dado a los jóvenes, San Juan La Laguna se ha convertido en uno de los atractivos turísticos más visitados de toda la región, y hoy es un prototipo a seguir. Confío en que nosotros, los jóvenes, podemos traer grandes cambios positivos a nuestro país en los ámbitos sociales, políticos y culturales. Partiendo de esto, confío en que podemos seguir transformando a nuestro hermoso país, sabiendo que comunidades con oportunidades y enfoque hacen posible la transformación de realidades.
Guatemala es un país con muchísimo potencial, y como joven, ver el desarrollo de este llena mi corazón. Durante muchos años pensé: “ojalá otros pudieran ver lo hermoso que es San Juan La Laguna”. “Ojalá supieran lo talentosa que es su gente, lo hermosas que son las vistas y lo maravilloso que es estar aquí”. Gracias a que las oportunidades se han hecho accesibles y a que la comunidad se ha unido para trabajar por el turismo sostenible, hoy cientos de miles de extranjeros y chapines, son capaces de ver lo que durante mucho tiempo solo yo y los locales pudimos ver. Sueño con que muchas realidades sean transformadas desde lo local para que el potencial que hay en todo el país sea visible para millones.