Con las vacunas donadas recibidas esta semana, ahora el problema que tiene el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) ya no es de vacunas, sino de distribución, porque tienen cerca de cinco millones de dosis disponibles, mientras que en todo el tiempo que lleva el proceso de vacunación solo han logrado administrar poco menos de 1.5 millones. Es por ello que propongo que se debe abrir ya la vacunación para todos los adultos que se quieran vacunar.

A los tres millones de vacunas recibidas esta semana hay que añadir los nuevos envíos que se han anunciado: llegarán otras 750 mil vacunas a través del mecanismo Covax —250 mil AstraZeneca y 500 mil Pfizer/BioNTech—. Aunque el presidente no ha dicho nada de la negociación de las vacunas Sputnik V, la ministra de Salud ya dijo que están renegociando el contrato para quedarse solo con los ocho millones de dosis ya pagadas y que el nuevo contrato incluirá el cronograma de entrega.

Con las vacunas que restarían de ese contrato se podría inmunizar a casi 6.7 millones de personas; es decir, el 63.5% de los adultos en Guatemala. Además considero que todavía habrá más donaciones de parte de EE. UU., tomando en cuenta el valor geopolítico que Guatemala tiene para ellos. Ello implica que la cantidad de dosis disponibles seguirá creciendo, y a una velocidad mucho mayor que su administración.

Uno de los principales problemas del MSPAS es que no hay suficientes personas registradas para vacunarse. Luego de que en las primeras horas que abrieron el registro para personas de 40 a 49 años se inscribieron 90 mil, en la semana siguiente solo se inscribieron otras 110 mil, apenas un poco más que las que lo hicieron en las primeras horas.

Por ello considero que el Gobierno va a tener que abrir el proceso a todas las personas adultas, no tanto por la acción de la UNE —aunque esa podría ser la excusa—, sino porque no tiene suficientes personas registradas que vacunar.

Realmente, la mejor vía es que desistan del proceso de registro previo y que abran los centros de vacunación para que pueda vacunarse quien quiera, y que se les registre en ese momento; al fin, ellos tienen acceso a la base del Renap. Si no se animan a quitar el registro previo, por lo menos deberían quitar el sistema de citas, que ha sido todo un fiasco.

Asimismo, considero urgente que el Gobierno realice una buena campaña de comunicación, instando a las personas a vacunarse —aparte de simplificar el proceso—, para lograr que más se acerquen a vacunarse. De otra manera, al final tendrán más vacunas que personas que vacunar. También se debe publicar claramente qué centros están funcionando y qué vacunas se ponen en cada uno.

La ministra Flores indicó que pueden vacunar a un promedio de 60 mil personas a diario. Si se lograra mantener ese promedio —incluyendo fines de semana—, en lo que resta del año se podrían administrar 9.7 millones de dosis. Sumando las ya vacunadas, se podría llegar a vacunar completamente —dos dosis— a 5.5 millones de personas para fin de año; es decir, al 52.2% de los adultos.

Nuevamente, el problema es conseguir gente que se quiera vacunar. Para su referencia, al ritmo de vacunación ofrecido por la ministra —y que yo considero que se puede incrementar todavía más si se involucra a más actores y empresas—, los 200 mil registrados de 40 a 49 años se pueden vacunar todos en menos de 4 días. Y después ¿a quién?

Por todo ello considero inevitable que se abra el proceso para vacunar a todo adulto que se quiera vacunar. Quizá los primeros días se abarroten algunos centros, pero luego todo empezará a fluir.