CONCIENCIASeguridad=turismo

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Guatemala es un pais lleno de colores, calidez y amabilidad. Cuenta con innumerables sitios de interés turístico, una flora variada y un conjunto de tradiciones único en el mundo.

No es sino en Guatemala donde podemos viajar a través del tiempo cuando visitamos los sitios históricos de Tikal y Antigua Guatemala; donde podemos gozar de los caprichos de la naturaleza en Semuc Champey o las grutas de La Candelaria; donde podemos apreciar la belleza de majestuosos volcanes y de los impresionantes lagos.

No en balde Guatemala ha sido objeto de múltiples elogios y reconocimientos, que han hecho del país un destino turístico que cautiva al visitante.

El turismo constituye un sector con una participación importante en nuestra economía. Sin embargo, aún no alcanzamos los niveles deseados si nos comparamos con países como Costa Rica.

Aun cuando poseemos un alto potencial para que el sector turismo crezca y podernos beneficiar como país de él, todavía nos preguntamos por qué otros países similares atraen más turistas que nosotros.

En años anteriores tenía un gran peso la idea de promover el turismo mediante incentivos fiscales u otros medios.

Pero la experiencia ha demostrado que más que otorgar un tratamiento preferencial al sector turístico, lo que se requiere es un marco propicio para su expansión.

Ese ambiente no se logra si el país continúa pensando sin actuar en cómo combatir los serios problemas que contrarrestan sus más bellos atributos.

El flagelo de la pobreza, de la violencia y del crimen organizado, entre otros, ahuyenta la inversión en el turismo, impiden el crecimiento del sector, y disminuye nuestras oportunidades para genera riqueza y bienestar.

Hace algunos días se publicó la triste noticia de un nuevo asalto a un bus que transportaba turistas, y la consiguiente muerte de una ciudadana austríaca. Lastimosamente este no constituye un hecho aislado, sino una peligrosa constante.

Nuevamente se pone de manifiesto la debilidad de la política pública por garantizar el mínimo de seguridad ciudadana a los guatemaltecos y a nuestros visitantes.

El turismo no puede desarrollarse si los turistas nacionales y extranjeros no perciben seguridad para viajar por el país.

Los ?travel advisories? y los ?travel warnings? impuestos a Guatemala reflejan no sólo la situación económica y política del país, sino también el grado de seguridad que estamos dispuestos a ofrecer al visitante.

La seguridad es un tema básico para impulsar cualquier política pública. Sin embargo, en este caso, no se limita simplemente a crear más plazas y contratar a más personas para que integren las fuerzas policiales.

Tampoco se restringe a idear planes de seguridad con nombres exóticos durante ciertas épocas del año. La política de seguridad que se impulse en el país debe ser seria, bien diseñada, de largo plazo y que esté dispuesta a ganarle la partida a otro serio problema: la corrupción.

Es ingenuo pensar que un plan de seguridad será exitoso si paralelamente no se hace algo por combatir la corrupción dentro de las fuerzas de seguridad.

Tanto en la Policía Nacional Civil como en la policía municipal o en el Ejército de Guatemala, la corrupción se ha afianzado al grado de imposibilitar su profesionalismo, su madurez y su eficiencia.

La falta de seguridad parece un problema complejo, pero su solución es de sentido común. Lo más importante es afrontarlo con verdadero interés y voluntad política.

Mientras eso sucede, seguiremos perdiendo valiosas oportunidades para el desarrollo, y continuaremos preguntándonos por qué otros países sí atraen y nosotros no.

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