PLUMA INVITADA

Corona de Adviento

César Augusto Sagastume

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La corona o guirnalda de Adviento es un anuncio del nacimiento de Jesucristo, que cada año trae un mensaje de Dios, que invita a cada ser humano a sentir su amor y deseo de salvarle.

Las circunstancias que hemos vivido en los últimos días en nuestro país, que podemos considerar atípicas, como las manifestaciones pacíficas que provocaron la renuncia del presidente y vicepresidenta y los otros eventos de corrupción señalados por la Cicig, se cree que aún tenemos un hálito de vida para hacer renacer la esperanza de refundar el Estado, mediante la fe en Dios, que es la que ilumina a los hombres para salir de las encrucijadas que desquebrajan la paz de los hombres de buena voluntad.

El primer paso se ha dado en el momento en que los hombres eligieron a un gobierno con una visión distinta (que se espera no sea un engaño de los vendepatrias), ahora se necesita que adoptemos este gesto de fe, para que de verdad Dios esté presente en el ser de cada guatemalteco para trabajar en forma conjunta y prodigar amor, respeto, y tomar de ejemplo las acciones que Jesús realizó, ante el poder, la explotación y la avaricia de los que gobernaban en la época que le tocó vivir.

Como ciudadanos de este país, debemos hacer nacer a Dios en nuestros corazones, porque en el pueblo más pobre y desheredado, desposeído de sus derechos, de disfrutar la Tierra, en donde están los más enfermos y maltratados por los poderosos, ahí se encuentra la presencia de Dios.

Los otros que ostentan el poder junto a sus diferentes colaboradores: dirigentes, grandes terratenientes, recaudadores de impuestos, que aparecen como representantes del pueblo, sino opresores, los causantes de la miseria, del hambre de esta familias, deben saber que ahí no se encuentra Dios, la esperanza es que en este nuevo ciclo del calendario que renueva nuestra fe con el nacimiento de Jesucristo, nazca en estos corazones el arrepentimiento y principien a seguir los lineamientos del Hijo de Dios.

Se tiene la convicción de que Dios está en donde el pueblo es más humillado, y estos son la mayoría; la buena noticia de Dios no puede provenir del espléndido Palacio, tampoco del suntuoso barrio residencial de las élites, no viene del imperio, no viene del gobierno, no viene de los sabiondos que creen saberlo todo. Es sencillo: viene del pueblo, de la masa que siente y sufre, por eso debemos creer que hoy, más que nunca, el advenimiento de Dios en esta Navidad será el principio de la nueva Guatemala, que debemos comprender que esta Nación está naciendo del pueblo, del pobre, en donde Dios se hace presente, allí donde ocurren las cosa buenas.

La corona de Adviento es un círculo de follaje verde, es la forma que simboliza la eternidad; y el color verde es la esperanza y la vida. Sin duda que Dios se hace presente en la vida de cada ser humano, y de cualquier manera le hace sentir su amor y deseo de salvarle haciéndonos pensar que esta es una oportunidad de cambiar de la obscuridad provocada por la ambición del poder y el dinero que ciega al hombre y ahora ver la luz, que ilumina nuestro camino para acercarnos a Él, sirviéndole al que más lo necesita.

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