Crisis de Venezuela, la peor desde 2002

PANORAMA INTERNACIONAL

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Los opositores políticos se están movilizando y los inversores extranjeros se preparan para una posible suspensión de pagos, según análisis de AP. La crisis es la más terrible desde el golpe de Estado del 2002, que destronó brevemente a Hugo Chávez —el predecesor de Nicolás Maduro—, quien lanzó una revolución socialista después de haber ganado la Presidencia en 1998.

“Durante 15 años se ha dicho que el país se está derrumbando; sin embargo, nunca antes habían coincidido al mismo tiempo las crisis económica, política y social en el país”, declaró Dimitris Pantoulas, un consultor político en Caracas.

De los ingresos por exportaciones de Venezuela, 95% corresponden al petróleo. La semana pasada, los precios del crudo más pesado de Venezuela se ubicaron abajo de los US$40 el barril por primera vez desde el 2008, una pérdida de más de la mitad de su valor desde septiembre.

“La verdadera ideología del chavismo es un número, una cifra: el precio del petróleo”, declaró Alberto Barrera Tyszka, autor de una biografía de Chávez, publicada en el 2004. “Ahora que les falta el dinero, la única manera de mantenerse es reduciendo aún más la democracia. Aplicando más control, más censura, más represión”, agregó.

La crisis en Venezuela es una situación que se ha venido gestando desde hace mucho tiempo. Incluso antes de que la caída de los precios del petróleo estrangulara el flujo de divisas extranjeras, el país estaba sumido en una recesión desde hacía un año y su inflación se encaminaba a los tres dígitos. De acuerdo con una encuesta de Datanálisis, la popularidad de Maduro cayó en diciembre a 22%, su nivel más bajo desde que asumió la Presidencia en 2013.

Maduro dijo que su reciente gira a varios países proveerá “oxígeno” financiero a Venezuela. Sin embargo, muchos observadores no son tan optimistas.

El ambiente de desesperación es palpable en Caracas, donde algunas escuelas recomendaron a los padres que pusieran papel sanitario en las mochilas de sus hijos, en tanto que al menos un hotel de categoría ejecutiva solicitó a sus huéspedes que traigan su propio detergente si quieren servicio de lavandería.

El Gobierno ha desplegado efectivos militares para que mantengan el orden entre las filas que hace la gente para comprar productos, las cuales duran todo el día y se extienden por varias cuadras, además de que ha dispuesto el racionamiento en los supermercados que rige el Gobierno, donde los precios están controlados.

También han aumentado las dificultades para encontrar productos en el mercado negro, que habitualmente es próspero, un indicio de que el Gobierno se queda con los dólares obtenidos por la venta de petróleo en lugar de ponerlos a disposición de los importadores, que los necesitan para adquirir mercancías.

“Si quieres 20 cosas, tienes que hacer 20 filas”, dijo Alexander Anteliz en una tienda, en un barrio pobre de Caracas, donde el suministro diario de harina de maíz se agotó en 30 minutos. “Quizá las cosas no serían mucho mejores con la oposición, pero el Gobierno evidentemente está fallando”, agregó.

La oposición confía en adquirir impulso con vistas a las elecciones legislativas de este año y conseguir el control del Congreso, desde donde podría forzar la revocación de Maduro.

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