SI ME PERMITE

Cuidado, es año electoral

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“Nada va bien en un sistema político en el que las palabras contradicen los hechos”, Napoleón Bonaparte.

En estos días que todavía no ha iniciado el ejercicio político en forma oficial y en el que se nos empieza a ofrecer todo lo que nos puede persuadir para emitir nuestro voto y que también se nos presente lo que es mucho más favorable para nosotros, es tiempo correcto de meditar, inquirir, preguntar y alcanzar conclusiones para nosotros, y cuando llegue el momento de oír las ofertas nos ayudarán a confirmar nuestro punto de vista.

Todos nosotros, si hemos sido expuestos a un proceso de madurez, se nos ha enseñado a ser responsables de nuestros hechos y no simplemente hacer las cosas y luego buscar culpables para condenar a los que no nos permitieron poder alcanzar nuestros ideales. Esto es tan sencillo como lo que diariamente hacemos para cumplir las obligaciones rutinarias a las que estamos comprometidos. Si tengo que presentarme al trabajo, defino personalmente lo que se tarda para llegar al destino y conforme a ello decido a qué hora debo salir de mi casa.

Además, cuando conozco el medio en el que vivo, defino cómo me arreglo y cómo protejo mi dignidad, dependiendo de qué tipo de transporte usaré, cuidaré y no pondré en juego mis bienes y menos mi dignidad. No tiene sentido excusarme del trabajo por el problema del transporte y menos vivir momentos humillantes y tener que expresar mi mal humor y mis quejas con gente que nada tiene que ver con el problema.

Exactamente igual es el caso de cumplir con el deber ciudadano, si por la edad estoy en tiempo de poder emitir mi voto, no solo tengo mi documentación en orden, sino también me debo interesar en saber de los partidos existentes y lo que habrá de surgir como oferta y qué postura tienen. Si no lo entiendo, este es el tiempo de informarme y no cuando el fervor está candente, en el que cada uno informa lo que le conviene y no lo que es en realidad.

Mucho más delicado aún es cuando hablamos de individuos que se postularán como candidatos para diferentes cargos y, claro está, que presentarán propuestas y disertarán sobre temas de los cuales no solo ellos deben estar bien informados, sino yo también, para saber de qué me están hablando y si están en lo correcto como para que les confíe mi voto.

Si los candidatos son personas nuevas en la palestra política, con mayor empeño debo hacer mi tarea en averiguar quiénes son y qué capacidad tienen para poder sacar la tarea a la cual se ofrecen llevar adelante, porque es muy feo que la gente entre en la política para que cumplan el famoso dicho de que “echando a perder se aprende”. Creo que nuestra patria no tiene espacio para ellos. Pero si los candidatos no son nuevos, entonces es mucho más fácil evaluar qué han hecho, cómo lo han hecho y entonces saber escuchar lo que ofrecerán.

Es bueno que en estos tiempos, cuando nos sentamos con amigos para hablar de política, antes que dedicarnos a persuadir y apoyar a candidatos, tengamos la serenidad de clarificación y también información.

Guatemala está urgida de hombres y mujeres que tienen vocación política y que sus hechos y sus discursos son congruentes. Como dijera alguien: “Tus hechos me gritan tan recio que me cuesta oír lo que me estás diciendo”.

Una mejor Guatemala no se logrará por lo que los políticos ofrezcan, sino por el cuidado que tú y yo le pongamos a la hora de escoger a quienes nos pueden gobernar.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.