URBANISMO Y SOCIEDAD
Cultura y Ciudad
Estamos llenos de letreros de que Guatemala es una “Ciudad de la Cultura”. Un título que se inició en Europa desde 1985 y que lo maneja una ONG con sede en el Ministerio de Cultura, Investigación y Enseñanza Superior de Luxemburgo. El objetivo principal de esta red es la de asegurar la transferencia de conocimientos y de experiencias concernientes a las capitales culturales, concebido como un método para acercar las ciudades europeas en el Consejo de Ministros bajo la iniciativa de Melina Mercouri. En 1999 la Ciudad Europea de la Cultura fue rebautizada Capital Europea de la Cultura y es ahora financiada por el programa Cultura 2007, como lo fue antes por el de Cultura 2000.
La capital guatemalteca recibió el nombramiento como Capital Iberoamericana de la Cultura 2015, de manos de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella. Pero a pesar de todo esto, para poder comprender el significado real de una Ciudad Cultural, primero deberíamos de tener claro qué significa esto. “Cultura es el conjunto de símbolos (como valores, normas, actitudes, creencias, idiomas, costumbres, ritos, hábitos, capacidades, educación, moral, arte, etc.) y objetos (como vestimenta, vivienda, productos, obras de arte, herramientas, etc.) que son aprendidos, compartidos y transmitidos de una generación a otra por los miembros de una sociedad. Por tanto es un factor que determina, regula y moldea la conducta humana. Tomando en cuenta esta definición de cultura, podemos decir que todas las ciudades poseen su propia cultura, inclusive poseen más de una cultura”. La Unesco hace referencia a la implementación de ciudades creativas que están muy relacionadas al desarrollo económico y cultural de las ciudades. Por lo que plantea la creación de marcos políticos y normativos favorables de este modo, “los núcleos urbanos de los países industrializados están adaptando los servicios municipales para estimular la actividad de la economía creativa local, favoreciendo los acuerdos entre los sectores público y privado, así como con la sociedad civil, llegando algunos a desarrollar protocolos de creatividad basados en “las tres T”: Tecnología, Talento y Tolerancia.
Con la venida del presidente de España, después de doña Ana Botella los sectores privados trataron de impulsar proyectos de infraestructura como el tren de cercanías y la construcción de torres de edificios gubernamentales en los patios antiguos de Fegua. Son proyectos huérfanos de planes de desarrollo urbano cultural. Señalados por el colega arquitecto José María Magaña: “Se prevé instalar cerca del 60% de funcionarios públicos actualmente dispersos en edificaciones privadas que el Estado alquila, lo que implica unas 11 mil personas y cuatro mil estacionamientos”. Son negocios para una ciudad que subsiste por los US$5 millones que envían esos olvidados emigrantes que tuvieron que irse de esta región de Guatemala, que es la de mayor riesgo (Prensa Libre). “Amenazados por los que están en un perverso círculo vicioso” (Banco Mundial) en que lo que menos existe son muestras creativas culturales.