FLORESCENCIA

Derecho

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Una vez más, los guatemaltecos que radicamos en el extranjero nos quedaremos al margen de nuestro derecho político y civil de votar. Aun cuando nuestras divisas por remesas familiares representan el 10% del producto interno bruto (PIB) de Guatemala y que, según datos oficiales, junto a las exportaciones y el turismo, son los principales motores de la economía nacional.

Cada vez que se acerca un año electoral, el tema del voto en el extranjero cobra importancia e incluso se convierte en bandera de campaña para más de algún candidato. Desde que estaba en secundaria recuerdo a candidatos y eventualmente gobernantes llegar a la Embajada de Guatemala en Los Ángeles, California, para prometer el reconocimiento de nuestro derecho.

Sin embargo, hasta ahora nada de lo que se ha dicho respecto del tema se ha concretado en hechos, más bien hemos sido objetos de abuso y beneficio económico para algunos embajadores de Guatemala en EE. UU.

De acuerdo con información brindada a diferentes medios del país, la Asociación de Guatemaltecos en el Exterior (AGE) estima que alrededor de un millón de connacionales migrantes, de los aproximadamente dos millones que radican en EE. UU., ven limitado su derecho a emitir sufragio.

La importancia de regular el voto en el extranjero no solo radica en la necesidad de garantizar el ejercicio de los derechos políticos y civiles de miles de guatemaltecos que por una u otra razón tuvimos que dejar nuestro país, sino es darle el derecho a los connacionales inmigrantes que constituyen uno de los pilares de la economía nacional hoy por hoy. De acuerdo con cifras del Banco de Guatemala, en 2014 el ingreso de divisas por remesas familiares sumó US$5 mil 544 millones, aproximadamente Q42 mil 688 millones. Comparado con los envíos de 2013, ese monto significó un crecimiento de 8.5%. Alrededor del 96% de las remesas provienen de EE. UU.

El tema del voto en el extranjero ocupa cada vez más la agenda pública en muchos países. En América Latina y el Caribe, este derecho está garantizado en varios países, y en Centroamérica y el Caribe solo Cuba, Nicaragua y Guatemala no lo permiten. Por ahora, la decisión está en manos del Congreso de la República, donde se conoce, entre otras, la iniciativa 4783, presentada en octubre de 2013, que busca cambios a la Ley Electoral, entre los que se contempla regular el voto en el extranjero y mecanismos para garantizar su aplicación.

Lo cierto es que, para muchos, irnos de nuestro país no fue una opción. Son múltiples las circunstancias que muchas veces obligaron a salir. Por eso no nos olvidamos de Guatemala y desde afuera seguimos aportando a su desarrollo.

Lastimosamente, quienes nos tienen en el olvido son nuestros gobernantes. Me pregunto, ¿cómo es posible que siendo parte esencial de la economía de nuestro país, no podemos ejercer nuestro derecho a votar? ¿Habrá algún temor de que la fuerza migrante determine las elecciones, sabiendo que es un voto más educado e informado? Sea lo que sea, es por el bien de Guatemala que sus hijos que viven en el extranjero ejerzan su derecho a votar.

ESCRITO POR:

Marcos Andrés Antil

Emprendedor tecnológico, maya q’anjob’al y migrante guatemalteco. Impulsor de la educación y la transformación digital. Fundador y CEO de la compañía XumaK durante 18 años, con clientes en más de 25 países.