Educación y empleo

LUCRECIA QUINTANA*

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Es importante cuestionarse ¿a qué grado está la población económicamente activa; está preparada para dar respuesta a las necesidades actuales, ya sea en tecnología y/o ciencia?

¿Podemos garantizar competitividad ante un mundo demandante? Cada día las prácticas globales son compartidas en las diferentes unidades de negocio donde operan las empresas, en países desarrollados y/o en vías de desarrollo. En ambos se requiere que los recursos humanos tengan las competencias y fortalezas que evidencien capacidad y habilidad para desempeñar un cargo de manera eficiente y resolver problemas de manera asertiva.

Ante esta realidad es importante que los actores, que tienen la facultad y recursos de emprender iniciativas, apoyen programas y/o proyectos de inversión en ciencia, tecnología y arte, ya que con esto también contribuirán con la sociedad y en beneficio de sus propias organizaciones.

Y desde el punto de vista individual, buscar permanentemente la actualización de conocimientos, que fomenten la mejora de las capacidades, habilidades y de un ejercicio profesional actualizado.

Hay que recordar que la formación empieza en los niveles primarios y secundarios, y estos son la base para el crecimiento profesional en la edad universitaria. Un buen profesional, preparado con una mayor calidad educativa, contribuye mejor a la sociedad y esa calidad posteriormente se refleja en las organizaciones y empresas públicas o privadas. Por ello, es necesario que el Estado invierta más recursos en una mejor educación para garantizarse a un recurso humano más profesional y capacitado.

Los universitarios y nuevos profesionales están llamados a actualizarse, a buscar nuevos conocimientos que mejoren sus habilidades para un mejor ejercicio profesional y así estar a la vanguardia de los cambios del mundo actual.

*Gerente General Preselección Empresarial

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