CON OTRA MIRADA

El Presupuesto 2017

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Sobre el proyecto para el Presupuesto de Gastos 2017 profesionales de la Economía, especialistas y expertos se han manifestado con conocimiento de causa, advirtiendo sobre sus pro y contras, tanto en su formulación, como en el destino del incremento propuesto que llega a la inimaginable cifra de Q79.8 millardos.

Para el resto de los 15 millones de habitantes que se calcula somos ya en este miserable país, esa cantidad es impresionante, pues aunque no entendamos las sofisticadas técnicas y criterios de su formulación, sabemos que en poco o nada contribuirá a mejorar las condiciones de vida de la mayoría de guatemaltecos, aunque así se planteé, sino más bien, que engrosará los gastos superfluos de la abultada administración.

La formulación de un presupuesto implica cuantificar los rubros necesarios que den como resultado el fin propuesto. Una premisa básica es que el gasto no supere los ingresos previstos, de lo contrario es fácil adivinar su fracaso. Desde la perspectiva de quien como yo, no entiende de economía, de finanzas públicas y de políticas de Estado, el panorama es más simple.

A partir de la era democrática, para no incursionar tanto en la historia, el poder económico se manifestó abiertamente superior al poder político provocando la imagen de un Estado incapaz. En su favor se crearon estructuras paralelas para hacer lo que por ley deben hacer los diferentes ministerios; es decir, hubo duplicidad de funciones, aumento burocrático y más presupuesto de funcionamiento, cuyo resultado fue mayor ineficiencia.

A ese punto, el Estado delegó en la iniciativa privada, sus más importantes bienes, privatizando aquellas empresas de gran potencial económico que ya habían sido conducidas a su inoperancia para que la transición fuera aceptada públicamente; entre otras: generación y distribución de energía eléctrica, telefonía, correos y línea aérea.

El Ministerio de Comunicaciones dejó de lado sus direcciones generales a cargo de la planificación de la obra pública y su ejecución con el pretexto de su lentitud en ejecutarla, robo de gasolina y pasivos laborales que las hicieron ver como lacras insuperables. Sin embargo, la “eficiencia” de la iniciativa privada, sacando a licitación lo que antes se hizo por administración y de muy buena calidad, hoy su pésima factura resulta obvia, con el agravante de las altas comisiones que deben ser consideradas para la cadena de funcionarios, que llevan a la inadmisible sobre valoración de las obras.

Los más recientes casos son el puente metálico Mayuelas cuya reparación costará Q40 millones, en tanto que cinco nuevos puentes de símiles características, costarán Q21.1 millones, adjudicados a la empresa que más caro cotizó, pero a la que unen vínculos de amistad con quien califica. Así no hay ni habrá presupuesto que alcance y lo más probable es que esos cinco puentes colapsen al siguiente invierno, con lo que se perpetúa el negocio de drenar el Presupuesto General de Gastos de la Nación y de paso, que más de alguno salga de pobre en esta temprana administración.

jmmaganajuarez@gmail.com

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.

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