En busca de sueños

JORGE JACOBS A.

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Fue entonces cuando me percaté de que esos eran mis últimos minutos en ese hogar donde había pasado la infancia y parte de la adolescencia. Intuía que, aunque regresara a pasar algún fin de semana o las vacaciones, nunca volvería a vivir allí. Y así fue. Nunca volví al seno familiar. Nuevos horizontes me esperaban, la mayoría de los cuales no podía en ese momento visualizar.

 Ahora te toca a ti partir. A tu mamá y a mí nos toca estar del otro lado de la moneda. Somos quienes se quedan a recordar las experiencias vividas contigo durante 20 años. Tú eres quien parte en busca de nuevos horizontes, nuevas experiencias, a buscar tus sueños.

 No vuelvas la mirada atrás. Mira al frente. El mundo es tuyo, está a tus pies. Tu futuro depende de las decisiones que a partir de ahora tomes. La niñez y adolescencia quedó atrás: ya eres una mujer. Una que debe enfrentar el mundo sola.

 De ahora en adelante tu responsabilidad más grande es encontrar tu camino en la vida. No sigas los caminos de otros o el que otras personas te quieran imponer. Busca tu propia senda, aquella que te haga feliz. Busca hacer aquello que te apasiona, y no solo el trabajo será un placer sino que siempre destacarás en lo que hagas.

 Con el tiempo comprenderás que las cosas más importantes en la vida no se pueden comprar. Atesora los principios y virtudes aprendidos desde la niñez. Serán el faro que alumbrará tu camino para llegar a buen puerto. Aprende a valorar a las personas y las experiencias. Valora a los amigos que vayas encontrando en tu camino.

Nunca olvides tus raíces. Aunque ahora el mundo sea tu vecindario, siempre recuerda que aquí está tu familia, tus amigos de la infancia, tus recuerdos. Pero que esas raíces no te aten, sino que te nutran para crecer. Lleva siempre con orgullo la bandera de Guatemala. No puedo negar estar triste, triste porque te vas, porque ya no te veré cada noche cuando regrese a casa, pero a la vez estoy muy feliz porque vas a perseguir tus sueños, aquellos que hemos acariciado y esperado por tanto tiempo. Es mi mayor deseo que seas feliz, sea lo que sea que el futuro te depare. Cuentas con todo mi amor y apoyo en la distancia. ¡Vive una vida inolvidable, Nicolle!  

 Por azares del calendario, esta será mi última columna de este año, así que aprovecho a desearle a todos los que me honran con su lectura que pasen una muy feliz Navidad y que el 2015 les traiga muchos éxitos y bendiciones.

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