SI ME PERMITE
Entendiendo la corrupción
Cuando el calificativo de “corrupto” se repite cada vez más en nuestro derredor nos obliga a tomar un alto y definir a qué llamamos “corrupción”, cómo llega alguien a tener el perfil y cómo evitarlo para no llegar a este estado. Claro está que uno debe entender que hay una responsabilidad individual y es muy pobre el argumento que busca culpables para librarse de la realidad de la que lo están acusando o calificando.
Es evidente que es muy fácil identificar quiénes son, pero es muy difícil aceptarlo y más aún autoexaminarse para saber si tengo indicios de eso o no. Lo que más se valora en la vida es cuando uno tiene el carácter suficiente para autodiagnosticarse antes de ser recriminado por su medio.
Es muy sutil que cuando uno quiere ser autogratificado en esta vida en todos sus gustos y usa cualquier medio para alcanzarlo los senderos que regularmente tienen atajos, pueden ser no legítimos y lo encaminen por medios que conllevan corrupción. Y es muy importante que si buscamos conservar nuestra integridad y dignidad debemos empezar a negarnos a nosotros mismos y mayormente de aquellas alternativas que terceros nos ofrecen como una oportunidad para toda la vida. Puede que sea verdad, pero nosotros debemos analizar si se deben violar principios y normas a las que he determinado someterme, entonces no me puede asegurar que estaré libre de corrupción.
El análisis que proponemos no es asunto de consensuar sino de examinar y llegar a una conclusión en forma personal. Sin lugar a dudas, si estoy apurado a alcanzar cosas que en la vida regular llevan mucho más tiempo, puedo enceguecer mi razonamiento a mis normas y lo más fácil llegará a ser justificar o racionalizar por qué lo estoy haciendo y cuando menos me doy cuenta estoy embarcado en un comportamiento corrupto que una vez manchado no hay forma que pueda quitarlo de mi historial.
Es de humanos buscar comodidad o gratificación y para ello debo evaluar el camino que debo escoger para llegar a ello, entendiendo que no importa cuántos atajos me ofrece mi medio, no me debe ni atraer y mucho menos tentar. La perseverancia siempre gratifica y no hace falta vivir con cargos de conciencia por opciones que otros me ofrecen. Como dijeran nuestros mayores: “El camino más largo es mucho más seguro que buscando atajos para llegar primero”.
Cuando nos enteramos de otros que han sido atrapados en actos de corrupción no nos da ningún derecho a ser jueces, sino todo lo contrario, es bueno observar, aprender y cuidarnos porque podemos ser víctimas de conductas iguales si nos confiamos de ser gente inmune ante esta realidad.
Es bueno recordar que la conducta de nuestra vida es parte del legado que dejamos como herencia y que una mancha como esta no es agradable, sino todo lo contrario, puede llegar a ser una limitante para ellos cuando quieren destacar. Porque no faltan aquellos que buscan cobrar de ellos lo que nosotros hemos hecho.
El día de hoy es para revisar nuestros planes y despejar el rumbo que queremos tomar para mañana, y que esté limpio de todo indicio de corrupción. Esto nos hará bien a nosotros y a nuestra patria también.