Q’A NO’JB’AL

Entre compadres

Kajkoj Máximo Ba Tiul

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En el pueblo de San Crispín, del país de la corrupción e impunidad, se encuentran en el parque central don Balta y doña Tom en un día domingo, disfrutando del alegre concierto que era amenizado por la marimba del lugar.

Al ritmo de Mi Linda Kelly, comienzan a hablar sobre lo que está pasando en el país. De pronto don Balta comienza la conversación: doña Tom, le pregunta, ¿escuchó por las noticias lo que pasó en el municipio de San Crispín, que unos jóvenes salieron a la calle donde iba a hablar el candidato de uno de los partidos, a decirle que no le toca? Sí; algo escuché, responde doña Tom; fíjese usted, dice don Balta, que los simpatizantes de ese partido, agarraron a bofetadas a los jóvenes, pero estos no se dejaron, porque ahora hay denuncias contra este partido. Yo sí estoy preocupada, dice doña Tom, porque aquí en nadie se puede confiar, ya vio cuántos han sido denunciados por corrupción y siguen allí sin pena ni gloria en sus puestos.

Termina la pieza y comienza otra y la plática sigue; doña Tom comienza su relato, hace ocho días en la iglesia, el padre al dar su homilía, nos dice: tengan cuidado, porque me he enterado de que en las calles andan hombres armados, amenazando a la gente para que no voten por el partido opositor. Eso no debe ser así, la participación política es un derecho y no una obligación y no me pueden obligar a votar por el partido que no quiero. Pero de todos modos hay que tener cuidado, porque no sabemos, de repente se agarran a balazos y una bala perdida nos cae a nosotros.

Don Balta le dice a doña Tom, mire usted, mejor bailemos un poco, tal vez no se enoja el compadre; y mientras bailan, sigue la plática: mire usted, de al tiro estos de los partidos, como la población salió a pedir que no se votara por los mismos, ahora hay partidos que han incorporado solo jóvenes, y les pagan por día para que hagan campaña, pero los mandamases siguen siendo los mismos y con esto van a engañar a la gente, haciéndonos creer que son nuevos. Sí, es cierto, contesta doña Tom, son nuevos ellos, pero los partidos y sus dueños son los mismos de siempre.

Otra cosa importante, dice doña Tom, por allí me contaron que el alcalde se quiere reelegir y le dice a la gente que ahora sí va a hacer mejor las cosas, fíjese usted, cómo va a ser eso, dice don Balta, si estuvo cuatro años y no hizo nada. Lo peor es cuando le dicen a la gente que votar nulo es una traición a la patria y que el próximo presidente no les va a dar trabajo, porque las empresas van a investigar cómo fue su voto. No puede ser, dice doña Tom; sí, como si estuviéramos en tiempos de gobiernos militares, dice don Balta.

En eso termina el concierto y antes de despedirse se preguntan, entonces, ¿por quién vamos a votar?, y ellos mismos se responden, pues yo creo que por nadie, porque al final son los mismos ladrones. Sería bueno que reconocieran el valor del voto nulo. No se olvide del próximo concierto don Balta. ¡Adiós!

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