FAROJuventud en peligro

RODRIGO CASTILLO DEL CARMEN

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La falta de puntos de referencia, el vacío de valores, la convicción de que nada tiene sentido y que por tanto no vale la pena vivir, el sentimiento trágico y desolado de ser transeúntes desconocidos en un mundo absurdo, puede impulsar a muchos jóvenes a huir de la realidad.

El fenómeno del abuso del alcohol y las drogas es una de las mayores tragedias que azota a la sociedad de hoy, una desgracia de proporciones cada vez mayores con efectos devastadores en las personas, en las familias y en todo el tejido social. El número de jóvenes menores de edad que son atendidos para dejar de consumir drogas y alcohol se ha incrementado, pero, al mismo tiempo, se observa también un alto índice de deserción en los tratamientos de recuperación.

Dos de cada diez menores de edad abusan semanalmente del alcohol, mientras el 40% de los menores de entre 15 y 17 años hace ?uso social? de las bebidas alcohólicas los fines de semana. Los precoces consumidores lo hacen por imitación; ya que se desarrollan dentro de una cultura alcohólica, por influencia del grupo, por alardes típicos de la edad de inmadurez o también por angustias, soledad o conflictos familiares.

Pero en la raíz de esta calamidad está la pérdida de los valores éticos y espirituales. Los jóvenes de hoy son los mayores consumidores de alcohol y drogas duras, por lo cual debemos preguntarnos si ello no es debido a la clase de sociedad en la que nuestra juventud es educada.

Nos encontramos ya ante un fenómeno de amplitud y proporciones aterradoras, no solamente por el elevado número de vidas arruinadas, sino por la preocupante extensión del contagio moral que ahora está llegando a los más jóvenes.

No se puede hablar de ?libertar de emborracharse?, ni del ?derecho a drogarse?, porque el ser humano no tiene derecho de dañarse a sí mismo y no puede ni debe renunciar jamás a la dignidad personal.

Todo esto es particularmente grave en el caso de la juventud. Es preciso reconocer la conexión que existe entre la patología mortal causada por el abuso del alcohol y las drogas y la patología del espíritu que lleva a la persona a huir de sí misma y a buscar placeres ilusorios, escapando de la realidad, hasta el punto de perder totalmente el sentido de la existencia personal.

Esperamos que los próximos gobernantes asuman con responsabilidad este problema social. La prevención y el tratamiento son de gran importancia. Pero más importante debe ser la lucha sin cuartel contra el abominable narcotráfico, que por la criminal irresponsabilidad de la actual administración ha alcanzado los más altos niveles.

Píldora de humor.

-Sabes cuál es el partido político más antiguo de Guatemala.

-La Democracia Cristiana Guatemalteca, ¿no?

-No, es el FRG. Fíjate que en los tiempos de Alí Babá ya tenía 40 afiliados.

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