HAGAMOS LA DIFERENCIA

Formación agrícola

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En paralelo, la Escuela Agrícola Panamericana (Zamorano), de gran prestigio regional, establecía gestiones con el Gobierno de Guatemala para buscar el financiamiento de becas hacia su institución. Esta institución cuenta con mucha experiencia en la búsqueda de recursos. Producto de esta coyuntura se firmó un convenio con Zamorano para que estudiantes de la Enca realizaran sus estudios en ese prestigioso centro educativo. La Enca, a su vez, recibiría estudiantes de las Efas. Para dar soporte financiero a esta iniciativa se gestionó la ayuda de Alimentos para la Paz (PL 480/98 y PL 480/99), el Gobierno de EE. UU. proporcionó granos básicos excedentes que fueron vendidos a productores de concentrados en el país. Esto permitió la conversión de Q20 millones. EE. UU. con estas ayudas buscaba incentivar el consumo de sus productos agrícolas en otros países.

Estos fondos se colocaron en un fideicomiso, el Estado de Guatemala fue el Fideicomisario, el Maga el fideicomitente y el Banco Agrícola Mercantil, el fiduciario. El 10% de los rendimientos fue destinado para la capacitación de maestros de las instituciones nacionales y el 70% se destinó para financiar becas en los diferentes niveles educativos. En las Efas como nivel básico, la Escuela Nacional Central de Agricultura en el nivel medio y Zamorano en el nivel universitario, institución que 15 años más tarde reporta cero por ciento de deserción estudiantil, demostrando una buena selección de estudiantes. El acuerdo gubernativo para la creación de este fideicomiso fue el 951-99 de diciembre 1999.

El proyecto fue un ganar-ganar para todos, Zamorano, Enca, Efas, Guatemala y EE. UU. Es uno de los pocos fideicomisos exitosos donde interviene el Estado. A la fecha se ha beneficiado a más de 240 estudiantes, quienes ahora cuentan con sólida formación agrícola al servicio del desarrollo nacional. El fideicomiso estaba abierto para recibir recursos de otras fuentes, lo que nunca ocurrió.

La vigencia de este fideicomiso está por expirar. Es una verdadera lástima que iniciativas como estas no permanezcan en el tiempo. Aún es momento de revitalizarlo, buscando nuevos aportes, pues necesitamos más profesionales capacitados para el sector agrícola nacional.

ESCRITO POR:

Samuel Reyes Gómez

Doctor en Ciencias de la Investigación. Ingeniero agrónomo. Perito agrónomo. Docente universitario. Especialista en análisis de datos, proyectos, educación digital. Cristiano evangélico.