VENTANA
Guatemala unida
Sacar adelante a Guatemala de esta crisis es nuestra prioridad ciudadana. Es nuestro compromiso. Hoy, la voz de esa Guatemala que llevamos adentro, con la que soñamos, nos reclama. No le demos la espalda. No nos hagamos los sordos por miedo, porque no nos conviene o simplemente por egoísmo y comodidad. Lo lamentaremos más tarde. Si queremos un futuro promisorio para nuestros hijos y nietos donde prevalezca la libertad, la justicia, la paz, hoy es el momento para empezar a construirlo.
El “destape” de la SAT es una primera puerta que se abre para que despertemos. Para que conozcamos las monstruosas redes criminales que sin escrúpulos han socavado nuestras arcas y han conducido al país por el camino de la impunidad, la violencia, el desorden y la corrupción inaudita. Nuestro sistema está enfermo. Cortar los tentáculos de ese cáncer será casi un terremoto, pero lo lograremos si Guatemala se une.
Esta crisis política es una perturbación en nuestro sistema nacional. Los sistemas en la naturaleza, como en el universo, se transforman y evolucionan a raíz de las crisis. Todos los sistemas están sometidos a perturbaciones, porque nada está aislado. Cuando la perturbación llega a ser muy fuerte, el sistema, que permanece cerrado, se abre y entra en inestabilidad, en caos. El desequilibrio genera en todos sus miembros la necesidad de comunicarse, de encontrar en el abanico de posibilidades una solución. Durante el proceso de comunicación entre los miembros el sistema se va cohesionando. Si no se encuentra una solución factible es muy posible que el sistema llegue al punto de bifurcación, esto significa que involuciona, retrocede, o logra dar el salto para transformarse en una organización más compleja y fuerte. Joseph Jaworski, en su libro Sinchronicity, comenta que, en este punto de bifurcación, muchas veces aparece otro sistema que ayuda. Él lo denomina como “el guía”.
Un guía es quien ve los patrones que están presentes en un sistema. Alexis de Tocqueville, uno de los grandes pensadores franceses del siglo XIX y diputado independiente en el Parlamento francés, tenía esa facultad. Él percibió la agitación social que se avecinaba en Francia. La anunció el 27 de enero de 1848 frente al pleno. “Me dicen que no hay ningún peligro para Francia porque no existen evidencias de perturbaciones sociales que manifiesten que se ha incubado una revolución. Sin embargo, caballeros, permítanme decirles que los disturbios no han brotado a la superficie pero están incubándose en la mente de la gente”. Cuatro semanas más tarde surgieron las revueltas que condujeron a la abdicación de Luis Felipe y se inauguró la II República que abolió al gobierno anterior por haber estado sustentado en una devoradora corrupción.
“Cuando una sociedad cuestiona la realidad que le agobia incesantemente. Cuando concluye que el modelo que la sostiene no funciona, ocurre un cambio de paradigma en su mente colectiva que la empuja a buscar una nueva realidad política, económica y social”, susurró el Clarinero. Esta necesidad de cambio ya se está incubando en la mente del chapín. #CICIGSI
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