PLUMA INVITADA
Guatemalteco en Cádiz
En la muy Noble y Leal Ciudad de Santiago de los Caballeros, hoy Antigua Guatemala, nació Antonio Justo José de las Mercedes Larrazábal y Arrivillaga, un 8 de agosto de 1769. Muy pronto se convirtió en brillante joven y luego en un ilustre y ejemplar personaje que escaló rápidamente extraordinarios peldaños en la vida nacional e internacional. Fue nombrado diputado representante del Cabildo de Guatemala ante las históricas Cortes de Cádiz de España. En breve tiempo fue electo por su inteligencia presidente de este alto organismo internacional, en 1811, convocadas por la invasión de Napoleón Bonaparte y oposición de sus habitantes. Previamente viajó en tiempos por demás difíciles al Viejo Continente, durante 10 meses, sufriendo y sorteando vicisitudes y obstáculos en mares atestados de piratas y azotados por tormentas apocalípticas, al no existir vías terrestres y aéreas.
El doctor Antonio Larrazábal, como fue conocido, lamentablemente ha sido un tanto ignorado en la educación guatemalteca, no obstante su calidad de extraordinario personaje que dejó valioso e histórico legado. Bachiller en Artes y Filosofía, sacerdote, licenciado en Teología, Cánones y Leyes; doctor en Teología y Derecho Pontificio, rector del Sagrario de la Catedral, canónigo del Cabildo Eclesiástico de Guatemala, secretario de Cámara del Arzobispado de Guatemala, rector de la Real Universidad de San Carlos de Borromeo en dos ocasiones, diputado al Congreso de la República, defensor de los pueblos oprimidos y prócer de la independencia patria, declarada un 15 de septiembre de 1821, en el Palacio de los Capitanes Generales de Antigua Guatemala. En las Cortes de Cádiz impulsó la libertad de imprenta, lucha independentista de los pueblos americanos, educación pública, libertad y oposición a la tortura y horca de los indígenas.
Este alto tribunal fue disuelto en 1814, al entrar a España el rey Fernando VII. Sus miembros fueron encarcelados, unos, y muertos, otros. El notable antigüeño fue condenado a seis años de prisión, concluyendo tan ilegal castigo aquí, en su amada patria, enfermo física y moralmente. Al recobrar su libertad fue nombrado de nuevo rector de la Usac. Su imagen e historia son mantenidas vivas con orgullo por los antigüeños, dirección, claustro y alumnado del centenario Instituto Normal para Varones Antonio Larrazábal (Inval); Asociación de Exalumnos Distinguidos con la Orden Antonio Larrazábal, Coordinadora de Exalumnos invalistas y miles de egresados que destacan en campos profesionales del país y del extranjero.
Una calle principal de Madrid, capital española, lleva su nombre, y en esta Ciudad funciona la “Casa Larrazábal”, parte del Congreso de la República, monumento histórico nacional donde vivió por muchos años. El Inval, llamado instituto de los “Eternos Valores”, resalta a Larrazábal en esta época, por el aniversario de su nacimiento, un 8 de agosto de 1769, y bautizo con su nombre, el 26 de noviembre de 1953. Murió a sus 84 años, un 2 de diciembre de 1853, y sus restos descansan en las bóvedas de la Catedral Metropolitana.
La niñez y juventud estudiosas y el pueblo merecen saber quién fue tan insigne, chispeante y sobresaliente intelectual guatemalteco ¡Antonio Larrazábal!