SI ME PERMITE

Hoy despidamos el duelo

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“Las elecciones a veces son la venganza del ciudadano. La papeleta es un puñal de papel”. David Lloyd George.

Hoy es el día que finaliza esta etapa política de la vida de nuestra nación. Sería semejante a un entierro donde llegan los que están relacionados con el que fue centro de atención últimamente y luego, como quien despide el duelo, cada uno regresa a lo que es prioridad en la vida.

No sería raro que. como en la vida. hay quienes se ocupan mucho más del que ya no está que de los que le rodean y piden su atención y cuidado para que la vida sea mucho más productiva y gratificante. Está en cada uno de nosotros el cómo manejar esto, claro, primeramente cumplir con el deber y seguidamente encarrilarse en las obligaciones personales. Dejemos a aquellos que sin lugar a duda, no teniendo nada que priorizar en la vida, estarán afanados en resultados y evaluaciones, se entiende, no estamos hablando de los que tienen una responsabilidad política y tienen que sacar la tarea, sino del simple ciudadano que si no trabaja no le dan para comer.

No podemos negar que al igual que en el caso cuando tiene que cuidar de un enfermo, los que somos sanos llegamos a tal punto de desgaste que podríamos decir que estamos tan enfermos como el que estuvimos cuidando. Cuando ya no tenemos al enfermo debemos tomar la iniciativa de planificar cómo recuperar las fuerzas para poder seguir con las obligaciones de la vida. Es asunto de la voluntad personal el hacer algo en forma deliberada para encaminarnos a actividades que nos oxigenen y nos den las fuerzas necesarias para que nos ayuden a superar una etapa tan desagradable que hemos vivido.

Lo más importante de todo esto sería qué aprendimos o qué nos dejó en claro la vivencia para no repetir otra igual dentro de cuatro años, sino más bien como seres inteligentes que somos, aprendemos de nuestros propios errores, nos trazamos metas propositivas, no solo para mejorar nuestra vida, sino también para dejar una enseñanza a los que vienen detrás nuestro, para que ellos, de lo que aprendimos en nuestra vivencia, tengan cómo escoger mucho mejores alternativas que las nuestras.

Debemos entender que las historias que contamos no son simples ejercicios de desahogo, sino que servirán para entender lo que no debemos repetir. Para que el dicho tan popular no se nos aplique a nosotros, cuando se dice: “Quien no conoce su historia repite sus errores”. Por ello cada uno de nosotros tiene una tarea por delante y en el perfil de lo vivido en los meses pasados debemos despejar la atmósfera, la mente y el medio, y así ser gente productiva, porque soñamos y trabajamos para tener un futuro mejor del que hoy vivimos.

Sin duda habrá quienes están buscando quién los ayude a salir delante de la realidad que estamos viviendo, o bien a quién echarle la culpa por el estado en que estamos, por el pasado que estamos arrastrando. Sería más de sabios mirarnos en el espejo y desafiarnos a nosotros mismos marcando metas y desafíos que nos den gratificaciones que sanan nuestra mente y corazón.

Lo anterior no es para formar y organizar una agrupación de ciudadanos, sino todo lo contrario, vivirlo y proyectarlo en marcos tan personales que puedan crear contagio al prójimo para que él también inicie el suyo. Si usted y yo tenemos vida y estamos respirando, es suficiente elemento para dar el primer paso y cambiar el panorama. Adelante, que sí vale la pena.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.