SI ME PERMITE

Hoy es el día de hacer historia para la vida

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“La historia es el testimonio de los tiempos, luz de verdad, vida de la memoria, maestra de la vida, anunciadora de lo porvenir”. Cicerón

Puede llegar a ser triste y muy frustrante vivir día tras día sin estar claro en lo que uno quiere lograr en esta vida, posiblemente es común de aquellos que solo les interesa pasar la vida alegre sin entender lo que significa. Muy diferente es cuando uno tiene claro lo que quiere alcanzar en los días venideros, no importando el costo ni el tiempo que le puede tomar; sin embargo tiene puesta la vista a una meta que está persiguiendo y paga el precio.

Los eventos y logros que la historia registra fueron parte de la vida cotidiana de hombres y mujeres como nosotros, con la diferencia que enfrentaron el reto y por encima de la opinión de terceros avanzaron al punto de cristalizar la meta, y hoy la historia los destaca con todos los detalles, describiendo lo que se logró, y fueron comportamientos que en el momento no representaron mayor cosa pero que con el tiempo se conmemoran y se honran a cada uno de los protagonistas.

Cada día que iniciamos en el favor de Dios, cada uno de nosotros debemos ser conscientes de que no es un día más que hay que vivir, sino mejor pensar que es un día más en el que podemos hacer la diferencia, no solo para nuestro bien, sino para bien de muchos, los conozcamos o no, pero la acción vale la pena desempeñarla sin esperar reconocimiento y mucho menos el crédito de un protagonismo.

La historia tarde o temprano es leal en dar el espacio necesario para que se nos reconozca.

Cuando tenemos presente que la vida que vivimos es una simple sucesión de vivencias, que por insignificantes que puedan ser, vistas en su conjunto pueden reproducir una imagen mucho más diferente que cada una, vista en forma aislada. Por ello, nosotros que tenemos el don de la vida y vivimos debemos ser cuidadosos de nuestros actos, pensamiento y cada uno de los proyectos que tenemos, para que la historia les pueda dar el crédito debido.

Cuando celebramos los años vividos recordemos que estos se acumularán por días que usaron minutos, en los cuales nuestras acciones se desarrollaron, sean estos para bien o para mal, y la historia con toda justicia los califica y también los registra para ser recordados.

Es evidente que no todos los mortales son apasionados de la historia, pero aquellos que se dedican a recopilar los datos, ordenarlos y ponerlos en una manera descriptiva se dan cuenta de que los protagonistas de la historia en muchas ocasiones no se percataron de que lo que habían dicho o hecho en un dado lugar y tiempo pudo ser el punto de retorno de un ritmo que el mudo vivía, y desde ese momento, por lo que se dijo o bien se hizo, hoy vivimos y celebramos los acontecimientos que nos pueden enorgullecer como humanos y también no podemos negar que hay acontecimientos por los cuales nos apenamos y avergonzamos, y si aprendemos de la historia entonces no repetimos nuestros errores.

Conscientes de la gran responsabilidad que pesa en nuestros hombros no podemos en ningún momento ser irresponsables y mucho menos indiferentes de lo que hacemos o dejamos de hacer para que la historia no nos juzgue, sino todo lo contrario, si quiera que nos honre o por lo menos tenga un ejemplo para poder seguir en lo que les toca hacer a los del mañana.

samuel.berberian@gmail.com

ESCRITO POR:

Samuel Berberián

Doctor en Religiones de la Newport University, California. Fundador del Instituto Federico Crowe. Presidente de Fundación Doulos. Fue decano de la Facultad de Teología de las universidades Mariano Gálvez y Panamericana.