MACROSCOPIO

La Balanza de cuatro Platos

Durante las últimas semanas, la ciudadanía honrada ha sido sorprendida, más aún los políticos y no políticos, por las acusaciones de la Cicig y del Ministerio Público. Esta ola de acciones ha despertado un clamor popular en contra de la corrupción y lógicamente contra corruptos. Esto pareciera que iba a ser un verdadero terremoto que estremecería las bases de la estructura delictiva perfectamente cimentada en el Gobierno y que durante años ha actuado bajo la protectora sombra de la impunidad.

Los sucesos, cuando dieron inicio, crearon en la población una sensación de confianza y la esperanza de tener un sistema político entrando en una fase de depuración. Lamentablemente todo parece que fue como dicen allá en el pueblo: “Fue un arranque de macho viejo”, pues esos machos viejos a los pocos metros pierden el ímpetu de su salida y a veces hasta se echan. Aquí los procesos parece que durarán mucho tiempo, tanto como la garantía de las llantas para las patrullas, que es de 15 años y de plano el dictamen del experto en vehículos del Ministerio fue positivo. Para beneficio de la población deberían publicar la marca y el nombre del proveedor.

Las declaraciones del comisionado de la Cicig fueron contundentes y exactamente como lo hemos venido cantando hasta la saciedad. De nada sirve una excelente policía con equipo de investigación criminal, antinarcóticos, para robo de vehículos, trata de personas y especializadas como Diprona, un Ministerio Público profesional y apolítico, si al final caemos en los tribunales de justicia que ya están comprobando lo que todo el mundo sabe, su venalidad, parcialidad y, para empeorarla más, su incompetencia.

Las acusaciones y las pruebas allí están, pero los juicios no empiezan y mucho menos las condenas. Hay algunos que siguen en el negocio, pues dejaron a sus compinches en las instituciones donde trabajaban y lógicamente el chorrito no se debe cortar, pues ya adquirieron muchos compromisos por su estilo de vida que se asemeja al de los del Jet Set. Recientemente un amigo le preguntó a un corredor de bienes raíces si se le había acabado su negocito, pues era el que le conseguía propiedades a uno de los prominentes caídos en desgracia y el tipo le dijo con toda seguridad: “Para nada, yo le sigo trabajando como antes”.

Además de las falencias de los tribunales, vemos entre estas investigaciones que de ninguna manera se investiga a instituciones en las que sus mandamases eran de ideología izquierdista. Por ejemplo, no se ha investigado a Fonapaz, al Fondo de Tierras, al Fondo de Desarrollo Indígena, algunos son diputados a los que se les debería estar propiciando el antejuicio, inclusive hay algunos involucrados en hechos delictivos en hidroeléctricas y minas, pero a ellos sí no les entran.

La carga ideológica de las instituciones que hoy hacen el revuelo está a la vista y realmente vemos con preocupación que no pueden separar esa carga izquierdista que hace que la justicia se aplique selectivamente, como continuamente vemos al Ministerio Público, desestimar cualquier prueba que se le presente en contra de las organizaciones terroristas que siguen agobiando a empresarios como a la clase trabajadora. En un sistema de justicia idóneo, la balanza se mueve solo hacia un lado, al de la ley, mientras aquí hay otros componentes, otros platos que inclinan y tuercen la gravedad de la balanza, que son el dinero y la ideología.

De plano aquí la justicia está en la balanza de cuatro platos.

hupretij@hotmail.com

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