LIBERAL SIN NEO
La barra mínima
¿Cuál es la barra mínima para un colegio? ¿Qué determina la mínima calidad educativa, precios y condiciones que debe ofrecer un colegio privado? Se piensa que las condiciones mínimas las establece el Ministerio de Educación con todos sus reglamentos, requisitos, disposiciones y burocracia. Pero esos son requisitos formales. Para poder cobrar, un colegio privado solo tiene que ofrecer algo que sea mejor que la alternativa, que es una escuela pública.
La mayoría de padres de familia que envían a sus hijos a colegios privados lo hacen porque consideran que una escuela o instituto público no es una buena opción para la educación de sus hijos. ¿Por qué pagarían por algo que pueden obtener de manera “gratuita”, que ya pagaron en impuestos? En teoría, todos los niños en Guatemala tienen “derecho” a la educación pública gratuita y de buena calidad. En la práctica, la educación pública y gratuita deja mucho que desear.
El pasado jueves 9, Prensa Libre publicó un reportaje titulado Denuncias contra colegios suman 293 durante 2015. El reportaje señala que el Mineduc recibió 300 denuncias de enero a marzo, mientras que la Diaco recibió 148 quejas por mal servicio y 85 querellas por cobros “indebidos”. No podría faltar la Procuraduría de los Derechos Humanos: recibió 32 reclamos contra colegios, y para salvar al mundo abrió seis expedientes. Una experta en educación aseguró que “[en] la mayoría de los casos los padres de familia deciden no dar seguimiento a los procesos, pues son intimidados por los directores de los establecimientos”. La misma experta recomendó que se “debe promover la cultura de denuncia”. La Defensoría del Consumidor y Usuario de la Procuraduría informó sobre 32 casos de padres de familia que sufrieron algún tipo de “abuso económico”. Se habla de colegios privados como si se tratara del cartel de Sinaloa o una gavilla de diputados.
A manera de contraste, debe verse la noticia de Prensa Libre el pasado domingo 11: Menores reciben clases en el suelo. La noticia señala que “Unos 300 estudiantes de la Escuela Urbana Tipo Federación de Jalapa reciben clases sentados en el suelo, ya que en sus salones no hay suficientes escritorios”. Llama la atención la coincidencia métrica. De enero a marzo el Mineduc recibió 300 denuncias sobre colegios privados, mientras que en una sola escuela pública, son 300 los niños que se sientan en el suelo, por falta de escritorios. ¿Dónde están todos los caballeros blancos de la magistratura de conciencia en este caso? ¿Cuántos flamantes expedientes han abierto? ¿Dónde están los expertos en educación? ¿Qué pasó con promover la cultura de denuncia?
Lo que hay que promover es la cultura de la competencia. Si no pueden administrar el sistema de escuelas e institutos bajo su cargo con al menos modesta pero decorosa calidad, ¿qué solvencia moral tienen para regular y exigir cómo lo hacen otros? El pasado 4 de febrero, el Mineduc publicó dos nuevos reglamentos para regular a los colegios privados. Una manera segura de tener menos de algo es regularlo más. Pienso en dos cosas que podrían contribuir a mejorar la oferta de educación privada. Una es promover más competencia, es decir, liberar el mercado de la educación. Otra sería subir la barra mínima; mejorar sustancialmente la opción, que es la educación pública gratuita. Lo primero está a la mano, se podría lograr con un par de plumazos o decretos. Lo segundo está difícil y remoto, por no decir prácticamente imposible con el sistema como está diseñado y constituido.
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