La censura

Samuel Pérez Attias

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Hay argumentos bien fundamentados que socavan la ideología y la propaganda mediática que sistemáticamente se ha impuesto a favor de la agenda del poder concentrado en el país. Los voceros del poder económico concentrado, viven a expensas de su financiamiento y, por consiguiente, su función es la propaganda y la manipulación para mantener el poder a través de la persuasión. Son una minoría con mucho poder mediático. En Guatemala cumplen la función de la plataforma de Goebbles de la Alemania nazi o la de la oficina de “información y prensa” de regímenes comunistas totalitaristas: fortalecer las ideas que consoliden el poder de sus mecenas.

 Uno de los voceros, con evidente descontrol emocional, autor de libros de manipulación mediática, fracasó en su intento prepotente de callar burdamente una conversación que teníamos sobre economía en la red social. Es claro que los argumentos le molestaron. El muchacho (de apellido ruso), que sin saber de economía analiza sistemas económicos, cometió el grave error de pensar que vive en su “república totalitarista” donde puede insultar, amenazar y calumniar a su antojo impunemente por saberse protegido por sus patrones.

El servil vocero, que es un experto en manipulación de masas y lingüística de la universidad libertaria, tiene como función para el grupo de poder concentrado, la misma que Goebbles tenía en el régimen nazi: desinformar, manipular e incluso atacar al adversario buscando destruir su reputación, calumniándole y querer eliminar así la confianza en esa persona.

Aunque sus falsamente infundadas injurias no nos inquieta, tampoco me parece profesional ni ético que utilice tal bajeza para querer callar —al mejor estilo totalitarista— conversaciones inteligentes entre ciudadanos que buscamos, como cualquier otro guatemalteco, aportar en lo que podamos para cambiar el rumbo del país, denunciando verdades “inconvenientes”. Nos preocupa más que, pudiendo utilizar argumentos para ahondar en el debate  (las ideas debieran ser refutadas con ética y con ideas),  los voceros del poder concentrado utilizan —al mejor estilo nazi o soviético— el recurso de la amenaza y la calumnia para “censurar”.

¿Por qué debe  preocuparle a usted? Porque ese proceder autoritario muestran lo que la concentración de poder hace cuando se ve vulnerado por ideas que no puede refutar. Paso la hoja sonriendo, pues las amenazas, injurias y calumnias evidencian claramente que lo que escribimos los pone nerviosos, que la ciudadanía guatemalteca está despertando… y que si levantamos polvo es porque estamos caminando.

Samperez1@gmail.com

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