CABLE A TIERRA

La salud en sus manos

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Fundación Esquipulas y Unión Europea convocaron a un grupo de ciudadanos para reunir algunas recomendaciones para el gobierno electo. Se abordaron siete temas, uno de ellos, salud. Tuve el gusto de participar en esa mesa junto con otras nueve personas con amplia trayectoria en el tema. Esta es una síntesis de lo que compartimos con el vicepresidente electo, Jafeth Cabrera:

Encontrarán un escenario muy complejo: al menos unas ocho millones de personas en situación de pobreza y con escaso acceso a servicios de salud; más adultos y personas mayores que nunca antes y un cóctel de enfermedades donde coexisten las carenciales, las crónicas y las secuelas de la violencia. Un alto riesgo de enfrentar una crisis sanitaria mayor, por el retroceso en coberturas de vacunación que se dio en los últimos tres años. Ya hay alarmas sobre brotes de tosferina y el sarampión acecha.

El Ministerio arrancará 2016 endeudado y con un déficit presupuestario de Q1 mil millones, producto de las absurdas, ¿perversas?, decisiones del Congreso. Las nuevas normas complejizarán la ejecución y deberán adaptar rápidamente los procesos a la nueva Ley de Compras y Contrataciones. Con esa situación, mantener el flujo de insumos al sistema y pagar sueldos seguirá siendo el gran desafío. A la par, planificar bien el Presupuesto 2017, si no quieren ser solo apagafuegos tres años más. Ante esto, cinco recomendaciones:

El gobierno debe clarificar su posición respecto a la política social y económica. MSPAS enfrentará las consecuencias humanas de esas políticas. Igualmente, explicitar el enfoque de salud: ¿Se centrarán —como siempre— en la atención curativa/hospitalaria, o darán el cacaraqueado paso hacia la promoción y la prevención? Así sabremos a dónde irán realmente los recursos del MSPAS.

No basta con designar un ministro/a. Hay que pensar en un equipo de conducción del Ministerio, que conjugue competencias complementarias. En estos momentos se necesita un buen gerente público, un equipo salubrista conocedor de los profundos problemas que aquejan al MSPAS y de la racionalidad del Minfin. Los conocimientos sobre economía de la salud, gerencia, finanzas y salud pública son fundamentales para rescatar la institucionalidad. Deben tener visión, trayectoria reconocida, honestidad y respaldo de sociedad civil para dialogar continuamente con el Congreso, sin caer en marrullerías.

Dar continuidad a las acciones que ha emprendido el ministro actual: estabilización de la crisis; depuración de la hipertrofia de personal, que generó el gobierno patriotero; avanzar las acciones anticorrupción y el reordenamiento institucional.

La reforma profunda del MSPAS es ineludible. Pasa por replantear y lograr un acuerdo social respecto a cuatro sistemas vitales para la institución: financiamiento; gestión; prestación de servicios, y la Rectoría y regulación del sector. Las reformas que se hagan deben asegurar, como mínimo, lo siguiente: derecho a la salud; equidad en el acceso; calidad, oportunidad y pertinencia de la oferta; fortalecimiento de la institucionalidad.

Dependiendo de sus decisiones, el gobierno entrante puede profundizar la crisis actual y acabar de desmantelar el MSPAS y arremeter contra el IGSS; o bien, emprender al menos el retorno a la precariedad manejable en que había vivido el MSPAS los últimos tres lustros; o podría ser ese gobierno que finalmente ponga en marcha una reforma que verdaderamente dé su lugar a la ciudadanía, construyendo un sistema donde todos tengamos acceso, independientemente de la capacidad de pago. ¿Hacia cuál horizonte se moverán? El primer indicador será la elección de autoridades.

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