¡Llegó el día!
La expectativa de este evento ha radicado en que se cree que esto simboliza la llegada de grandes catástrofes naturales y llegará el fin del mundo, otros dicen que esta nueva etapa solo implica un cambio de era donde debemos hacer reflexiones y análisis sobre la convivencia humana y la naturaleza. La clave para entender en qué consiste la profecía maya es el tiempo. Para las culturas prehispánicas este era un proceso cíclico, a diferencia de la concepción lineal que impera actualmente.
Según historiadores, el 13 Baktún comenzó el 11 de agosto del año 3114 antes de Cristo, y tras una llamada cuenta larga de 144,000 días, que concluirán hoy, entonces la cuenta volverá a cero y dará inicio un nuevo ciclo de otros 144,000 días. ¿Pasará algo hoy? Seguramente nada peor de lo que ya están viendo nuestros ojos: violencia, aberraciones, asesinatos, maldad, corrupción, descuido hacia la naturaleza y mucho más. Pero como decía un mensaje que estaba circulando en internet: “No me da miedo de que hoy se acabe el mundo, sino de que siga como está”.
Lo que duele es que Guatemala es un país muy rico en naturaleza y cultura precolombina, que no supo aprovechar la oportunidad de un evento de esta talla, donde seríamos el centro de atención mundial. De hecho me encantó una nota que encontré en Prensa Libre el pasado domingo: “Hay tres cosas que nunca vuelven atrás: la palabra pronunciada, la flecha lanzada y la oportunidad perdida, reza un proverbio chino, que es aplicable para nuestro país, respecto de la celebración del cambio de un ciclo, según el calendario maya”.
Una vez más nos dormimos en nuestros laureles, y no se promovió debidamente un evento de tal envergadura en forma adecuada. Todo como siempre luce improvisado, sin directrices bien establecidas —para variar—. Todos los políticos quisieron meter su cuchara en esta sopa. Desde tratar de traer a los artistas que les gustaban “a ellos”, hasta bloquear situaciones que ocasionaron retraso y desinformación dentro y fuera del país. ¡Se perdió la oportunidad de convertir al país en centro del turismo mundial! Situación muy diferente de como lo manejó México, aprovechando la coyuntura del cambio de ciclo, para hacer una promoción turística majestuosa. Es lamentable que el Gobierno no haya elaborado un plan de altura para aprovechar este momento para atraer turismo. Hasta en esto muestran su poca capacidad de organización y unidad. De seguir así, seguro que pronto vendrá el fin del mundo ¡Pero para Guatemala!