PERSISTENCIA

Lo absurdo y lo fantástico

Margarita Carrera

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Lo absurdo se halla estrechamente ligado al existencialismo vital, filosófico y artístico.

La pregunta sería (al pasar lo absurdo al mundo de la literatura y de todo arte), ¿hasta qué punto muchísimas de las obras artísticas no enfrentan al hombre con lo absurdo?

La literatura fantástica se fundamenta en lo absurdo. Hasta hoy en día —me parece— nadie ha hablado de la profunda relación entre la Fantástica y el absurdo.

Pero, ante todo, delimitemos qué se entiende por absurdo. De acuerdo con el Diccionario de la Lengua Española de la Real Academia: “absurdo, da (Del lat. absurdus) adj. Contrario y opuesto a la razón, dicho o hecho repugnante a la razón”.

Sin oponerse a esta definición que hace del absurdo este Diccionario, Camus —en su obra El mito de Sísifo— da mayor explicaciones sobre este término: “Es absurdo quiere decir es imposible, pero también es contradictorio”; “…la absurdidad será tanto más grande cuanto mayor sea la diferencia entre los términos de mi comparación. Hay casamientos, desafíos, rencores, silencios, guerras y también paces absurdos. En cada uno de estos casos la absurdidad nace de una comparación…”. Es decir, el absurdo “surge de la comparación entre un estado de hecho y cierta realidad, entre una acción y el mundo que la supera. Lo absurdo es esencialmente un divorcio…”.

Al considerar el absurdo como lo contradictorio, nos salimos de lo estrictamente religioso y entramos en un campo ilógico, pues se sale de la razón. El absurdo es todo lo contrario a la razón.

Repudiado por la filosofía racionalista, el absurdo se alberga en otro tipo de filosofía que va más allá de la razón y toma en cuenta la intuición y el inconsciente.

Pero donde mejor tiene cabida es en el inmenso mundo del arte, el cual es producto de la mente y los sentimientos humanos (más que de una técnica; esta, importantísima, viene después. Primero pensamos y sentimos, después buscamos la justa expresión de ellos).

En el campo de la literatura y de los diversos géneros literarios, pongamos por caso la narrativa, se nota que toda ella está poblada de absurdos. El arte, en general, por lo tanto, la literatura, va más allá de la razón. Es el resultado de una experiencia anímica y de una técnica peculiar que tiene poco que ver con la razón; es más, en muchas circunstancias, se opone a ella, encontrando sus aciertos en lo irracional.

Y lo absurdo es eso: lo irracional, aquello imposible que no podemos comprender con los mecanismos de la razón.

Aquí entra lo absurdo relacionado con la literatura fantástica de todos los tiempos. Si bien, ya expuse cómo toda la literatura, todos los géneros literarios, están plenos de absurdidad, en ninguno, concluyo, se hace está tan presente como en la narración fantástica.

En la fantástica se enfrenta lo insólito, lo sobrenatural, a lo real. Trata de exponer hechos, seres, situaciones que van más allá de la simple comprensión lógica o racional. Es lo inusitado, lo mágico, que rebasa el plano de la razón. El divorcio entre la razón y la sinrazón. El desgarramiento o la oposición, se efectúa en un mundo religioso y mágico, en donde lo sobrenatural se impone a lo natural.

Hablar, pues, de literatura fantástica implica hablar de una literatura que esté regida por lo absurdo: ser o acontecer que sobrepasa la realidad, la lógica.

En la literatura fantástica se ahonda más el abismo entre lo explicable y lo inexplicable. El humano enfrenta situaciones límite que le pueden conducir a la fe, una “fe poética” que acepta sin mayores conflictos lo imposible, o bienal vértigo y al espanto que provoca una sensación de angustia ante lo posible de la imposibilidad, ante la incapacidad de penetrar los profundos misterios y terrores que pueblan este y otros posibles universos.

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