MACROSCOPIO

Los delincuentes son felices

Esta semana fue de sorpresas, no por lo que se haya descubierto, sino por las acciones que sorprendieron a la población, acostumbrada a la indolencia e ineficiencia de las autoridades.

Por momentos se tuvo un hálito de esperanza, la cual fue borrada de un plumazo por la decisión de una juez al otorgar medidas sustitutivas a tres jefes de ese cartel al que se ha llamado La Línea. Esa sigue siendo la realidad nacional, se podría decir que esta es la verdadera línea, policías corruptos, fiscales comprables y jueces venales. La corrupción sistémica parece que no se puede detener media vez el sistema de justicia siga en la misma línea.

Ya que se tomó la decisión de la continuidad de la Cicig, creo que es necesario que se elabore una agenda nueva con base en las necesidades de la población, la que jamás ha sido tomada en cuenta, el clamor por la seguridad, el desmantelamiento de las bandas criminales que van en todas las vías: extorsiones, robo de vehículos, narcotráfico y otros flagelos que siguen igual o peor que cuando se instaló la comisión de marras.

La semana pasada turbas de agitadores bloquearon carreteras de acceso a ingenios azucareros, secuestraron trabajadores y quemaron maquinaria, con la anuencia de las autoridades que con toda indolencia dejaron que esto pasara, por supuesto el ya sabido involucramiento de la guerrilla marxista en estos hechos los hace impunes, pues estos no son temas que le interesen a la Cicig, de la misma manera que no han intervenido en los asesinatos de trabajadores de minas, hidroeléctricas y construcción de carreteras.

El periodista Jan Gajentaan publicaba el 9 de febrero anterior, en el periódico holandés Dagenlijkse de Standaard, un interesante artículo que tituló: El dinero para el desarrollo de Guatemala llega a las guerrillas marxistas. Allí el autor hace ver la realidad de lo que han sido más de cien millones de euros, que han servido no precisamente para el desarrollo, sino, por el contrario, para frenarlo.

Dice el Sr. Ganjetaan que los de la desmantelada guerrilla pasaron a formar ONG que han recibido esas multimillonarias cantidades, y la realidad es que: “….son una molestia para los empresarios y ciudadanos bien intencionados en Guatemala, ya que detienen a cualquier precio el progreso, como la construcción de carreteras o las plantas hidroeléctricas. Tales acontecimientos se frustran por medio de intimidación e incluso brutales asesinatos de familias enteras. El objetivo es mantener a la población dependiente de ellos”.

Por supuesto, tanto los empresarios afectados como sus trabajadores no han sido objeto de atención de la Cicig; por el contrario, jueces y magistrados ignoran o apoyan dichos movimientos.

Pensemos que con esas cantidades de dinero se hubiese podido hacer proyectos de regadío para el Corredor Seco y así mitigar la hambruna que asuela el área. Pero de plano eso no les importa a los europeos.

La Cicig tiene que dar un giro para verdaderamente cumplir con su mandato, y el Estado de Guatemala debe también modificar los privilegios como la inmunidad y la no fiscalización de sus actos.

Hoy se pone en evidencia algo que ya era sabido por todos, el tema aduanal, pero esto no se debe quedar allí, hay cantidad de denuncias sin resolver, cuyos períodos no han caducado, que deberían ser objeto de atención inmediata antes de su caducidad.

Si las cosas siguen como están, con los jueces soltando a los delincuentes, los policías dando pésimos partes y los fiscales sin acciones con la celeridad necesaria, aquí seguirá siendo el paraíso, donde los delincuentes son felices.

hupretij@hotmail.com

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