A CONTRALUZ

Los moños de la CSJ

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ME SORPRENDIÓ LA CELERIDAD con la que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) salieron al paso de la frase que Iván Velásquez divulgó en Twitter: “Poco servirán al país los esfuerzos que CICIG y MP hacen para combatir la corrupción, si el OJ (Organismo Judicial) no asume su responsabilidad histórica”. En esas raras ocasiones en las cuales actúa con la rapidez con la que no importe justicia, ese organismo espetó que “no tolerará injerencias directas o indirectas de ningún otro organismo de Estado o autoridad nacional e internacional”. Pero más exótica es esa declaración de que el pueblo debe tener la certeza de que la CSJ “resuelve con total apego a derecho, de forma imparcial y objetiva”. Ojalá pudiéramos confiar en estos magistrados porque significaría que estarían escribiendo una página inédita de la justicia.

LA REALIDAD ES OTRA. El OJ y la CSJ han sido organismos que históricamente se han plegado a los intereses de los poderosos, de las autoridades de turno o han resuelto de acuerdo a intereses políticos. El año pasado, por ejemplo, se supo que el Partido Patriota y Líder negociaron la repartición de magistrados de la CSJ y Corte de Apelaciones para asegurarse fallos favorables. Tampoco se ha visto que a las autoridades judiciales les importe mucho el proceso de depuración de jueces que han sido señalados de corrupción. Aún están pendientes de ser resueltos los antejuicios contra los jueces Carol Patricia Flores, Marta Sierra de Stalling y Mynor Barrera.

LA ACTITUD QUISQUILLOSA de la CSJ ocurre en un momento clave para el país. En manos de los magistrados está dar luz verde o no a los antejuicios contra Édgar Barquín, candidato vicepresidencial de Líder, así como de seis diputados del mismo partido. Se ha filtrado la existencia de presiones del partido rojo para que los magistrados no den trámite o retarden esa resolución. Los magistrados no han dicho nada sobre la vigilia que efectuó Líder en la explanada de la CSJ, ni las declaraciones de Baldizón, dentro y fuera del país, que son formas de presión contra las autoridades judiciales. Se sabe que en la CSJ flota la idea de emitir un fallo sobre esos antejuicios hasta después de las elecciones del 6 de septiembre, con lo cual Baldizón conseguiría su propósito de burlarse de la justicia.

NO, SEÑORES, MAGISTRADOS, no se pongan los moños. La única forma de evitar las suspicacias sobre su labor es demostrar su compromiso con la justicia. Por eso es necesario valorar las palabras de Velásquez de que de nada servirán los esfuerzos para combatir la corrupción si no existe interés de llevar a tribunales a los delincuentes disfrazados de políticos. ¿Cuál es el problema de nombrar un juez pesquisidor para investigar las denuncias de la Cicig y el MP contra Barquín y los seis diputados señalados, sobre quienes hay evidencias de haber cometido ilícitos? Esquivar esa responsabilidad histórica sí sería politizar la justicia y asumir una decisión contraria a la lucha contra la impunidad.

@hshetemul

ESCRITO POR:

Haroldo Shetemul

Doctor en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Pontificia de Salamanca, España. Profesor universitario. Escritor. Periodista desde hace más de cuatro décadas.