REGISTRO AKÁSICO
Nos enojamos en lugar de reír ante los payasos
El reto para los paisanos es controlar la tensión. En todas las rutas de autobuses han asesinado a choferes. El estado de Excepción se promueve para corrupción en compras. Se enumera la despolitización, la cooptación a la drogadicción de la juventud, el ahogo de la iniciativa empresarial, el desorden cultural, la degradación de lo cotidiano, etc. Si se comparan las fotografías satelitales por décadas, el país se deforesta y se genera el desierto. Seguro que en diez años toda la fauna nacional estará extinta.
En suma, es difícil mantener la calma. Los nacionales comienzan a ser reconocidos por una personalidad irascible que descubre la angustia no resuelta. El comportamiento de Ricardo Arjona retrata esta actitud generalizada.
El famoso cantautor es, con mucho, el guatemalteco más exitoso del país, si se considera el esfuerzo propio. Al inicio fue cobijado por el monopolio mexicano de Televisa, luego se independizó y ha conseguido establecerse gracias al cariño de sus seguidores. Su popularidad ha servido para que envidiosos se dediquen a censurarlo y buscar rebajarlo. Estuvo ligado a la mojigatería cristiana impulsada con claros motivos políticos. Sin embargo, se zafó rápido de ese marco oprobioso por medio de una expresión existencialista crítica que empató con el hastío de la generación de los milenarios. Muchos indican que su música es un sonsonete repetitivo, pero admiten que se eleva gracias a los arreglos magníficos y avalancha de recursos instrumentales. Su vena poética es prolífica en demasía. Desde 1993 ha escrito más de 300 canciones con los sucedidos más ingeniosos y picardía contagiosa. El poeta se ha cultivado constantemente; actualmente es un culto letrado.
Además, ha realizado donaciones a la universidad estatal, así como generado proyectos educativos locales para la formación de las nuevas generaciones. Se comporta como gran artista, muchos lo califican de presumido. Es obvio que conoce su éxito, así como su innegable talento.
Recién, el periodista cubano, Camilo Egaña, chocó con Arjona. Este entrevistador se formó en Cubavisión, obtuvo una beca en España y luego emigró a México. Después de trabajar en radio en Atlanta, se trasladó a Miami, donde trabaja en CNN.
En 2009, Arjona deseaba un concierto en Cuba sin aliados ni patrocinios. Sin embargo, el cantante colombiano Juanes, asociado con el artista Miguel Bosé, se adelantó. Anunció que su posición era por la paz sin fronteras. Sutil diferencia entre solidaridad y apertura. Los organizadores no confiaban en el chapín, pues no condena los innegables avances sociales y culturales de Cuba, sino los reconoce.
Durante la entrevista, Camilo Egaña se burló de Arjona por adquirir las obras completas de Lenin. Obviamente, era un recurso de imagen de bohemio, pues todos saben que el taxista que seduce la vida ha sido ajeno a la política. Cuando el entrevistador le anunció que repetiría las injurias que le han lanzado, Arjona comenzó a beber agua y a calificar de estúpidos a quienes lo injurian, y se fue como la gran diabla del estudio. Quizás no había nada atrás, pero es obvio que el guatemalteco está como chichicúa por agresiones de algunos mayameros, tras el lío del concierto.
Cuando Obama normalizó las relaciones con Cuba se pensó que el pueblo cubano finalmente accedería sin bloqueos a la economía mundial, con lo que mejoraría su nivel de vida. Hoy es obvio que todo está detenido, la desdicha nos alcanza.
Arjona está en el Circo Soledad, representa la situación que vivimos, gobernados por payasos. En la jaula, los domadores y las trapecistas en calzoneta.
mosquera@doctor.com