CON OTRA MIRADA

Otro grande se va

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Los Arquitectos de Guatemala estamos de luto, uno de los grandes Maestros dejó de existir al mediodía del pasado viernes.

Se trata de Carlos Haeussler Uribio, a quien, en más de una oportunidad, he mencionado junto a otros insignes profesionales que en la década de 1950, al regresar de haber estudiado en México y EE. UU., vinieron con la idea de fundar una facultad de Arquitectura. Fue un sueño compartido con Roberto Aycinena Echeverría† y Jorge Montes Córdoba, quienes vieron cumplidos sus deseos en 1958, cuando el Consejo Superior Universitario autorizó la Fundación.

A esa amistad se sumó la de otros colegas que ya trabajaban en la Municipalidad de Guatemala y en la Dirección General de Obras Públicas. Combinaron sus intereses con la docencia y el libre ejercicio de la profesión. Teniendo de su lado juventud, preparación académica y una administración pública en manos de profesionales igualmente competentes y honorables, fue posible hacer propuestas de desarrollo urbano como las dirigidas por el ingeniero Raúl Aguilar Batres.

A los ensanches urbanos de los albores del siglo XX como el bulevar 30 de Junio, hoy avenida La Reforma, siguió la ampliación de la ciudad hacia el sur, que terminaba en la 18 calle, en la segunda mitad del siglo XX. La trama urbana de barrios como la Villa de Guadalupe fue ampliada, creándose la zona 10, y parajes como el de las lagunetas de Tívoli dieron lugar a la zona 9, en ambos casos para nuevos barrios que albergaron el crecimiento natural de la población.

La obra más importante de ese período es, sin duda, el Centro Cívico, proyectado para descentralizar la administración pública, hasta entonces concentrada en el hoy llamado Centro Histórico. Tan singular conjunto urbano-arquitectónico fue concebido como “Corazón de Ciudad”, según criterio surgido del VIII Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM), celebrado en Hoddesdon, Inglaterra, en 1951, con el tema El Centro Urbano, en donde se mencionó integrar la pintura y la escultura a la arquitectura.

Por el vínculo que los arquitectos ponentes tuvieron con el maestro Carlos Mérida, este pudo incidir en el futuro artístico del conjunto. La idea de su planificación fue aceptada por quienes dirigían las instituciones que se dispuso formaran parte del conjunto, al que se sumó la Ciudad Olímpica ya existente. Luego vendría el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. Para el efecto fueron invitados a concursar los maestros Roberto González Goyri, Guillermo Grajeda Mena, Dagoberto Vásquez y Efraín Recinos.

El arquitecto Haeussler fue prolífero en su obra, tanto de casas de habitación unifamiliar, como de edificios en los que combinó el uso comercial y habitacional. Muchos de ellos, siguiendo la tendencia de incorporar el arte, lucen obras de los consagrados maestros. En su obra destacan la solución espacial, su funcionalidad y calidad de mano de obra que, pese al tiempo transcurrido, lucen absolutamente contemporáneas.

En el Centro Cívico sobresale el edificio del Crédito Hipotecario Nacional. En este logró interpretar con maestría, pureza y elegancia, la arquitectura tradicional desarrollada alrededor de un patio central, haciendo gala de un modernismo pocas veces alcanzado.

jmmaganajuarez@gmail.com

ESCRITO POR:

José María Magaña

Arquitecto -USAC- / Conservador de Arquitectura -ICCROM-. Residente restauración Catedral Metropolitana y segundo Conservador de La Antigua Guatemala. Cofundador de la figura legal del Centro Histórico de Guatemala.