PUNTO DE ENCUENTRO
“Porque es 2015”
El jueves 5 de noviembre juró como primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Su victoria puso fin a 10 años de gobiernos conservadores en ese país del norte. En el acto lo acompañaron los miembros de su gabinete, 30 en total: 15 hombres y 15 mujeres. Cuando los periodistas le preguntaron la razón de este equilibrio, respondió: “Porque es 2015”.
Con tres palabras, Trudeau resumió lo que se ha venido repitiendo hasta el cansancio: la igualdad en la participación y representación política es un imperativo y un derecho, y a estas alturas del siglo 21 resulta absurdo que no se respete.
Pero la inclusión y el respeto a la diversidad no solamente se muestran en su gabinete paritario. De acuerdo con notas de prensa, las 10 provincias de Canadá tienen un ministro/a que las representa. Destacan, por ejemplo, Maryam Monsef, una refugiada que huyó hace 20 años de Afganistán como la titular del ministerio de Instituciones Democráticas, y la ministra de Justicia, Jody Wilson-Raybould, que proviene de una de las naciones originarias del Canadá.
Mientras eso sucede en Canadá, en Guatemala tres diputados electos por el Partido de Avanzada Nacional (PAN) accionan ante la Corte de Constitucionalidad contra algunas de las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, incluida la que promueve la igualdad en la representación y participación política. Según reporta el diario elPeriódico, estos personajes aducen que la reforma al artículo 212 “promueve la igualdad racista y sexismo territorial” (¡¿?!) en las organizaciones políticas y organismos del Estado.
Semejante afirmación los pinta de cuerpo entero y los coloca como perfectos representantes de la política tradicional. Al contrario de Trudeau, estos señores muestran un atraso histórico y una mentalidad basada en la exclusión, los estereotipos y el patriarcado. No me quiero imaginar lo que nos espera cuando tomen posesión y se debatan leyes que promuevan los derechos de las mujeres y de las poblaciones y sectores más vulnerables. Parafraseando al maestro Monterroso, ¿los dinosaurios todavía están ahí?
Las medidas afirmativas —como las leyes de paridad— son una contribución a la lucha contra la discriminación, el racismo y la exclusión, y así se les reconoce en los tratados y convenios internacionales ratificados por Guatemala. No se trata de privilegios, sino de derechos. Y esperemos que la CC falle en ese sentido.
Y ahora que el presidente electo está por conformar su gabinete, una buena reflexión —atendiendo al primer ministro canadiense— sería la de ubicarse en el año 2015 y no en el siglo pasado. Conformar un gobierno paritario y respetuoso de la diversidad sería una buena manera de demostrar que quiere dejar atrás la vieja política. Pero a juzgar por sus comparecencias públicas y sus compañías, lejos estamos en este país de salir del paleolítico.
@MarielosMonzon