CON OTRA MIRADA
Productiva reunión
Al conocer sobre la iniciativa del Consejo Cívico de vecinos ante el Ministerio de Cultura y Deportes para que Antigua Guatemala sea trasladada a la lista del patrimonio mundial en peligro, la alcaldesa electa manifestó estar de acuerdo, enfatizando: “A la ciudad se le acabó el tiempo de abandono.”
Movilizarse de Antigua Guatemala a la capital, o viceversa, tanto para los vecinos como para quienes la visitan en plan de paseo o parranda se ha convertido en una pesada carga. El recorrido de 45 kilómetros que debería hacerse en una hora, en autobús o automóvil, puede llegar a tres horas o más, dependiendo del día y la hora. Si en la ciudad hay algo extraordinario como una celebración religiosa, la visita de un alto funcionario de la administración pública acompañado por su cuerpo de seguridad que ocupa tres calles alrededor del hotel o restaurante al que asiste; o peor aún, si es un sábado, cuando coinciden tres o cuatro bodas con características semejantes a las del funcionario, la ciudad se convierte en un pandemonio.
Muchos capitalinos, algunos propietarios de casas de fin de semana, dejaron de visitarla ante esa circunstancia, lo que pone en evidencia que la especulación de la que ha sido objeto no ha sido la mejor manera de enfrentar su conservación y desarrollo.
Al crearse la ley protectora se tuvo claro las razones por qué hacerlo, de ahí cómo quedó integrado el Consejo Nacional para la Protección de Antigua Guatemala, compuesto por miembros nombrados por las más importantes instituciones concomitantes con la historia, conservación y desarrollo, presidido por el alcalde en su calidad de máxima autoridad del municipio, que con el tiempo dejó de resolver positivamente.
Luego de ser la primera ciudad sujeta a un régimen especial de conservación de nuestro país, sumado a su vocación habitacional, cultural y turística, fácilmente se convirtió en un polo de atracción para inversionistas de toda índole. Contrario a todo raciocinio, ese empuje económico no encontró el respaldo necesario de las autoridades para ajustarse a la ley y al Plan Regulador aprobado en 1974. De inmediato surgieron los atajos, las componendas y la corrupción que se refleja en el deterioro del paisaje urbano y arquitectónico, en donde el caos y el mal gusto corren de la mano.
Ahora, con nueva alcaldesa y Concejo Municipal electos, los vecinos organizados en asociaciones, comités comunitarios de desarrollo y conglomerados han propiciado positivos acercamientos tendentes a afianzar compromisos de campaña, como la agenda mínima de trabajo con tres puntos: Plan de Ordenamiento Territorial, Reingeniería Municipal y Vínculo con el Consejo Protector.
El lunes recién pasado tuvo lugar el segundo encuentro. Por primera vez en tantos años de fallidas esperanzas quedó claro que entre la alcaldesa Asensio, su equipo de trabajo y vecinos, existe un lenguaje común ante los problemas. Su formación como arquitecta urbanista y su experiencia en la administración municipal, unidas a la decisión de los vecinos por contribuir al rescate de la ciudad y del municipio, permite augurar buenos resultados.
jmmaganajuarez@gmail.com