PUNTO DE ENCUENTRO

“¡Que vivan los estudiantes!”

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Durante décadas la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU) de la Universidad de San Carlos fue un referente de la lucha por la democracia y la libertad. En la dictadura el precio que pagaron sus dirigentes e integrantes fue altísimo: fueron asesinados, desaparecidos o tuvieron que irse al exilio.

La historia del movimiento estudiantil guatemalteco está llena de compromiso, de valentía, de lucha, de conquistas, de dignidad. Las y los jóvenes sancarlistas encabezaron —junto a amplios sectores sociales— la defensa de la democracia y la transformación social. Por eso la brutal represión que se desencadenó en su contra y las posteriores estrategias para desarticular su fuerza transformadora.

Los estudiantes, y los jóvenes en general, así como sus expresiones organizativas, son parte fundamental del movimiento popular. Son la fuerza social del cambio, como ha quedado demostrado en nuestro país y en América Latina. En Guatemala, las jornadas de movilización del 2015 tuvieron en las y los jóvenes universitarios un motor de impulso y de cohesión.

Y son estos mismos jóvenes quienes han iniciado un movimiento pacífico pero firme y unitario por la recuperación de uno de los espacios centrales de coordinación y conducción del movimiento estudiantil sancarlista, la Asociación de Estudiantes Universitarios Oliverio Castañeda de León.

Animados por un espíritu democrático y de cambio, empezaron recuperando por la vía de la participación política y el voto las asociaciones y representaciones estudiantiles de seis unidades académicas: la Asociación de Estudiantes de Agronomía, la Asociación de Estudiantes de Arquitectura, la Asociación de Estudiantes de la Escuela de Ciencia Política, la Asociación de Estudiantes de Historia, Antropología, Arqueología y Archivística; la Asociación de Estudiantes de Ingeniería y la Asociación de Estudiantes de Veterinaria y Zootecnia.

El 20 de septiembre, amparadas en los estatutos de la AEU, estas seis asociaciones desconocieron la actual comisión transitoria y reguladora, que fue creada en el 2013 y que es una figura inexistente dentro de la reglamentación de la Asociación, y convocaron al Consejo Consultivo Estudiantil Universitario que conformará el Consejo Electoral para realizar elecciones democráticas del Secretariado y las comisiones de trabajo de la AEU.

Ese paso de enorme valentía y dignidad, tomando en cuenta los riesgos que significa enfrentarse a sectores poderosos dentro y fuera de la Universidad, que harán todo lo posible por no perder el control y los espacios que han ganado, merece un respaldo social sólido y fuerte. Estas muchachas y muchachos nos están dando una enorme lección de madurez política y están abriendo un camino esperanzador, que debe ser atendido, resguardado e imitado por las autoridades y el Consejo Superior Universitario (CSU) con acciones concretas. Nada le haría más daño a este proceso y a la propia Universidad que permitir que se repitan las prácticas de cooptación, las amenazas y el acarreo de votantes.

Son las universidades públicas las que permiten que sus estudiantes se organicen, se movilicen y formen parte de los órganos donde se toman las decisiones, y eso es central para la construcción de ciudadanía y el fortalecimiento de la democracia. Por eso es preciso, además de defender la autonomía universitaria y la educación pública, recuperar los espacios por la vía de la participación y la movilización pacífica.

La Usac, sus autoridades y estudiantes participaron activamente en las jornadas de 2015 y sentaron un precedente. Hoy tienen la oportunidad de demostrar esa misma voluntad.

@MarielosMonzon

ESCRITO POR:

Marielos Monzón

Periodista y comunicadora social. Conductora de radio y televisión. Coordinadora general de los Ciclos de Actualización para Periodistas (CAP). Fundadora de la Red Centroamericana de Periodistas e integrante del colectivo No Nos Callarán.

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