CABLE A TIERRA
Refinanciar Salud Pública
La severa crisis que enfrenta el Ministerio de Salud Pública (MSPAS) se hizo visible con el desabastecimiento extremo de los hospitales públicos. En realidad es una situación muchísimo más compleja. Va más allá de los hospitales y de este momento. Detrás de la crisis de ahora, hay cuatro factores: 1. Falta de liquidez del Estado agudizada por la corrupción; 2. Incremento de la corrupción dentro del propio Ministerio; 3. Caída de la moral tributaria; y 4. Priorización insensata de los recursos disponibles, tanto en el Ministerio como en el conjunto del Estado.
Para resolver el problema agudo -desabastecimiento e impagos- hay que inyectarle al Ministerio todavía unos 850 millones de quetzales adicionales a los 350 que les darán hoy. No es que haya gastado más de lo que le tocaba; dejaron de entregarle más de 2,000 millones de quetzales de lo que ya tenía aprobado. Se rompió con ello el modelo de gestión de la precariedad.
El reto es triple: Pagar las deudas actuales, evitar que ocurra lo mismo en el 2016, y usar los siguientes 4 años para comenzar a transformar el sistema de salud en uno que sí nos sirva a todos.
Para lo inmediato: Los Q350 millones paliarán la crisis de aquí a diciembre. El resto del problema se trasladará al 2016 si no se limpia ahora la mesa. Peor aún, con el presupuesto previsto para el 2016, estará en peor situación, pues se le ha reducido la asignación. Esto debe modificarse en el Congreso y asegurarse que sí se le asignen los recursos. Mucho dependerá de la SAT y Minfin.
¿Cuál es el plan para la SAT y la mejora de la moral tributaria? ¿Hay alguna gestión de bonos o préstamo de destino específico en curso? Hace 20 años se hicieron sin miramientos para desmantelar al MSPAS. Bien podrían hacerse ahora para restituirlo.
¿Salidas no ortodoxas? Una situación tan grave las reclama. ¿Plantear el estado de Calamidad y solicitar al Congreso un decreto extraordinario y temporal para utilizar recursos obtenidos por medio de la Ley de Extinción de Dominio para cubrir los déficits? ¿Acciones del Mingob para ubicar las caletas y recuperar el dinero robado? ¿Ya están vendiendo las propiedades mal habidas? ¿Han pensado apelar al sistema bancario nacional? Con un 25% que condonaran de los intereses anuales, se cubrirían todas las deudas e inyectarían un poco de capital para salir de la precariedad.
¿Podrían algunas empresas del sector salud condonar una parte también? ¿Qué tal una emisión extraordinaria de bonos de 0% interés, o de billetes de lotería, cuyo destino sea exclusivamente poner al día las cuentas de salud? ¿Otras?
Sin embargo, la mayoría son paliativos. Actualmente la sociedad destina más del 6% del PIB a pagar servicios de salud, pero menos del 1% de ese monto va al MSPAS. El resto es una intrincada combinación entre financiamiento al IGSS y gasto privado hecho por individuos y empresas por medio de seguros privados de salud y prácticas médicas pobremente reguladas en calidad y costos. Las consecuencias financieras para los hogares son enormes y no necesariamente les garantiza los mejores resultados. Además, es solo una fracción de la población que puede pagar esto. La mayoría se “cubre” con ese 1% del PIB que va al MSPAS.
El reto una vez se salga de la crisis, es enfocarse en replantear el modelo de financiamiento para la salud que actualmente tenemos. ¿Cuánto queremos pagar por un sistema para todos? ¿Para que haga qué? ¿Con qué mecanismos? Son las 3 preguntas clave que nos tenemos que responder si queremos evitar que esta situación se siga repitiendo.