A CONTRALUZ
Thevenin
En la turbulenta vida política del país no ha pasado desapercibida la presencia del obispo Nicolas Henry Marie Denis Thevenin, nombrado nuncio apostólico, o sea embajador del Vaticano en Guatemala, por el papa Benedicto XVI, en el 2013. Como buen diplomático sabe moverse en ambientes no públicos, hila fino su apoyo a los sectores políticos conservadores y cuando es menester su sola presencia, sin mayor discurso, dice mucho de a quién respalda. La más reciente aparición del representante católico fue el 6 de octubre en un acto cívico con estudiantes, a la par de Álvaro Arzú, apenas un día después de que el Ministerio Público y la Cicig pidieran antejuicio contra el alcalde capitalino por su supuesta implicación en el caso Caja de Pandora. Su sonriente rostro a la par de uno de los más conspicuos miembros de la clase política tradicional dijo mucho de cuál es la posición del religioso en torno a la lucha contra la corrupción y la impunidad en Guatemala.
Thevenin ha abogado para que sus colegas diplomáticos no se inmiscuyan en la política interna de Guatemala. Fue así como en marzo del 2016, junto al presidente Jimmy Morales, criticó duramente la forma en que otros representantes extranjeros se involucran en asuntos internos del país. El mandatario se sintió en su salsa y dijo que se debía respetar el Convenio de Viena que regula la actividad diplomática. Lo raro es que en esa ocasión el gobernante pidió que los periodistas dirigieran sus preguntas sobre el particular al prelado y no a él que era el jefe de Estado guatemalteco. Era claro, Jimmy Morales no quería cargar la cruz de que el montaje de esa actividad se viera como un ataque contra el exembajador de Estados Unidos, quien públicamente manifestaba su apoyo a la Cicig y su lucha contra la corrupción.
Pero el nuncio apostólico no parece ser muy congruente con sus palabras, ya que es maestro de trabajar en las sombras para apoyar al presidente Morales en sus esfuerzos por sacar a Iván Velásquez del país. El 22 de agosto pasado, el diplomático religioso organizó en la Nunciatura (la embajada del Vaticano, pues) una reunión entre empresarios y el presidente Morales, en la que éste les pidió su apoyo para expulsar del país al jefe de la Cicig. En otras palabras, el representante de un gobierno extranjero, como lo es el Estado del Vaticano, urdió la forma de conseguir respaldo interno al presidente en su frenética y estéril búsqueda de aplastar la labor de Iván Velásquez al frente de la Cicig. O sea, Thevenin, como embajador también interviene en asuntos internos de Guatemala, en respaldo de la vieja clase política corrupta, responsable del saqueo de los recursos del país. Muy cristiana la labor del nuncio apostólico.
¿Por qué actúa así Thevenin? Algo que lo habría marcado fue su cercanía con el cardenal Tarcisio Bertone, exsecretario de Estado del Vaticano, de quien fue su secretario personal. En el 2013, Wikileaks reveló que Bertone era el contacto que mantenía EE. UU. para tratar de reducir la incidencia de los gobiernos izquierdistas en América Latina. En ese tiempo, Thevenin era embajador en Cuba y fue pieza clave para ese fin. Me imagino que Thevenin ha de haber sufrido cuando su jefe, Bertone, fue señalado de corrupto y haber solapado a sacerdotes pederastas. Por ejemplo, el exsecretario de Estado del Vaticano remodeló su penthouse de 300 metros cuadrados con una terraza de otros 100 metros a un costo de 792,544 euros (Q6.8 millones). El problema no era la elevada cifra para rediseñar el lujoso albergue de un pastor de la iglesia que debía vivir en austeridad, sino que buena parte de ese dinero provenía de los fondos del hospital para niños Bambino Gesù, algo que desató un escándalo en el Vaticano y contribuyó a la caída del todopoderoso Bertone, que había aislado al papa Benedicto XVI y había abortado sus deseos de reforma en la iglesia. Quizá por ello, Thevenin comprende muy bien a los corruptos.
@hshetemul