Con las víctimas

VÍCTOR  M.  RUANO P.

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Dejan ver que las comunidades están cada vez más atentas a los hechos sociales de violencia que generan gran conmoción en el entorno y turban el espíritu, especialmente aquellos que atentan contra la vida humana y que por su naturaleza corren el riesgo de quedar impunes ante la fragilidad del sistema de justicia que nos rige y la poca profesionalidad de los responsables de la investigación para llegar a la averiguación de la verdad, a la reparación de las víctimas y al esplendor de la justicia.

Conmueve, afirman, constatar el tremendo sufrimiento de las familias, quienes además del duro proceso de vivir el duelo impuesto en forma cruenta, son revictimizadas al soportar el tortuoso camino para alcanzar un poco de alivio, mediante la pronta aplicación de la justicia, que es su derecho.

Denuncian el índice de impunidad en el país como alarmante y vergonzoso. El año concluyó con cinco mil 259 homicidios; es decir, un promedio de 15 decesos diarios, los cuales quedarán impunes e irresolutos, si se hace acopio a los resultados efectivos de casos similares en años anteriores. La situación empeora cuando se analiza por departamento. En un contexto de esa magnitud, el apelo del Papa es pertinente: “Estamos llamados a darnos cuenta de las violencias y de las injusticias (…) y que no pueden dejarnos indiferentes e inmóviles: se necesita el empeño de todos para construir una sociedad verdaderamente más justa y solidaria” (1 de enero del 2014).

Al denunciar los ataques criminales perpetrados contra numerosas familias del departamento de Jutiapa, demandan de las autoridades la implementación de nuevas políticas contra la criminalidad; y de la ciudadanía, una gran movilización pacífica a favor de la defensa y promoción de la vida, tarea de todos, sin distinción de razas ni credos.

Afirman que los criminales utilizan mecanismos de ejecución extrajudicial, comúnmente practicados por las estructuras del crimen organizado, que son paralelas a las fuerzas de seguridad del Estado, con el agravante que, para lograr su impunidad, actúan traficando influencias, para impedir que los funcionarios de órganos de prevención persigan, procesen y sancionen a los verdaderos criminales.

Con el propósito de generar mayor conciencia y empeño en la ciudadanía, para combatir la impunidad, a fin de que “la justicia y la paz se besen”, en más de una ocasión los presbíteros se han pronunciado sobre la situación de violencia e inseguridad que impera en el departamento de Jutiapa, manifestando su solidaridad con las víctimas y sus familias, y reclamando mayor eficiencia de las autoridades.

pvictorr@hotmail.com

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