PARALELO 30

¿Y si hubiera ganado?

Samuel Pérez Attias

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Con la información legada por el Partido Nacional Socialista Alemán y la historia documentada desde diversas perspectivas, podríamos especular cómo sería el mundo hoy. ¿Fundamentalista, fascista, dogmático, represivo?

Probablemente muchos de quienes hoy leen esta nota no existirían, incluyendo al autor. Lo que se denominó como “Raza Aria” sería la hegemónica. En esa utopía Nazi, los llamados gitanos, judíos, los latinos, africanos, lesbianas, homosexuales, ateos, personas con impedimentos físicos o mentales, comunistas, indígenas “no-alemanes”, o cualquier otro grupo que el régimen Nazi decidiera, no existiría hoy. Lo más interesante de dicho escenario es imaginarnos cómo los niños nacidos en esa realidad aprenderían de la historia. Probablemente nunca se les diría que esos grupos humanos existieron y la evidencia de su existencia hubiese sido destruida; borrada, para no despertar dudas. O probablemente no. Tal vez los libros de historia escritos por los nazis victoriosos se encargarían de dejar claro que esos grupos merecían ser exterminados. Por ser diferentes, por haraganes, por no compartir la supremacía de la raza, por sucios, por reproducirse mucho, por ser “menos humanos y solo un poco más que animales”, por apoyar ideas distintas al régimen. Probablemente se hablaría de ellos como grupos que “misteriosamente desaparecieron” y al no contar con ninguna otra evidencia, o no tener herramientas para comprender la probable evidencia, se tendría el escenario idóneo para seguir escribiendo una realidad acorde a quienes se benefician de los privilegios heredados y el statu quo. Me pregunto si en ese mundo de arios, alguna persona con espíritu crítico empezara a cuestionar si en realidad el mundo era como lo enseñaba el “régimen”, cómo sería considerado? Tal vez como un-a revolucionario, terrorista, blasfemo, desestabilizador, charlatán, farsante, pecador o iluso. ¿No era suficiente tener el privilegio de compartir la perfección de la raza con sus iguales? ¡Ingrato! ¡Debería agradecer al ejército y a sus líderes que le salvó de que el mundo no estuviera ‘contaminado’ por comunistas, judíos, latinos, negros o anatemas que atentaban contra Natura! Es más. Eso de andar cuestionando debiera ser reprimido por ser peligroso al statu quo. ¿Cómo osar cuestionar al régimen y no agradecer y honrar a quienes ‘lucharon un día, encendidos en patrio ardimiento’, para que hoy accediera al privilegio de ser libre y feliz en ese mundo “blanco y puro”? Pero todas esas son elucubraciones… y nunca lo sabremos. Lo que sí podemos es revisar si el mundo hoy no nos presenta una imagen parecida, en la que disentir en cuanto a las ideas políticas dominantes, a la religión dominante o sobre la historia escrita por los victoriosos, es suficiente motivo para perder “amistades”, para no acceder a un trabajo, para ser estigmatizado, vapuleado o rechazado, para ser considerado terrorista, o catalogado como una especie de crustáceo… Aunque la descalificación es común en el país, veo en los próximos 4 años una Guatemala en la que disentir será reprimido aún más fuerte que lo que ha sido en los últimos, con argumentos fundamentalistas, fascistas, dogmáticos… No me gusta la idea, y espero, honestamente, estar equivocado.

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