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El desorden caracteriza al presupuesto estatal vigente ¿Se mantendrá la tendencia en el 2022?

Este año fue notoria la falta de claridad en el presupuesto estatal vigente, por lo que con el proyecto de gasto por Q103 mil 992 millones planteado para el 2022, se debería esperar un reordenamiento de las finanzas y más certeza sobre su ejecución, según analistas consultados.

El 2021 fue algo muy particular para las finanzas públicas en dos sentidos: corrió el mismo monto de gasto del 2020 por Q107 mil 521 millones, con ampliaciones aprobadas para atender los efectos de la pandemia, y por el otro lado el Congreso aprobó un presupuesto, pero luego ordenó archivarlo, lo que no se había observado en la historia reciente.

Desde inicios de año, las autoridades del Ministerio de Finanzas (MInfin), aseguraron que se trabajaría con un techo menor, y que se publicarían los acuerdos respectivos, pero tal situación ha generado confusión, por lo que expertos consultados instan a los legisladores a conservar una madurez política y conocerlo.

Además, señalan que se viene ejecutando un plan de gasto con la estructura del 2019 y la situación actual merece atender un capítulo para Salud por el tema de la pandemia y otro de infraestructura, para la reactivación económica.

En las readecuaciones realizadas en septiembre último al presupuesto del Ministerio de Salud por parte del Congreso, el ministro de Finanzas, Álvaro González Ricci, reiteró que el presupuesto vigente en 2021 es de Q107 mil 521 millones, pero el monto que se espera ejecutar al finalizar el ejercicio es de Q94 mil 354 millones.

De hecho, en el Sistema de Contabilidad Integrada (Sicoin), el monto presupuestario vigente es el indicado, con una ejecución registrada hasta el pasado martes de 62.85%, que puede interpretarse bajo, a casi tres meses para que concluya el ejercicio fiscal. Esto, respecto al monto vigente y no al denominado “operativo”.

Pesa la falta de claridad

El economista Edwin Matul, exgerente del Banco de Guatemala, y Alfredo del Cid Pinillos, ex ministro de Finanzas, coinciden en que este ejercicio fiscal hay situaciones muy particulares que pueden influir en cualquier decisión que adopte el Congreso, respecto a la aprobación del plan de gasto para 2022, sobre todo ahora que ya se eligió una nueva junta directiva.

Matul, señala que la situación “opaca” que se presenta este año es consecuencia de no contar con presupuestos aprobados en ejercicios anteriores. “Finanzas presenta en sus exposiciones unos cuadros con Q94 mil millones y luego otros con Q107 mil millones. Entonces no sabemos cómo será al final el déficit fiscal, si no hay una base transparente”, apuntó el experto.

Precisó que se desconoce cómo quedarán algunas variables como el gasto en inversión y no se tendrá claridad sobre la ejecución, dado que existe un presupuesto “operativo”, y “no se puede hablar del 2022, cuando no tenemos una idea mejor del 2021”.

Del Cid Pinillos asegura que el presupuesto aprobado para el 2020 es Q107 mil millones, pero luego se readecuó a Q94 mil millones. Luego resulta que hay una parte inmovilizada y es la situación que no se entiende o no queda clara.

“Si para los que trabajamos en temas de Finanzas tenemos dificultad en comprender, para la mayoría de la población genera una confusión esa readecuación presupuestaria que fue hecha a través de un acuerdo gubernativo y que no cuenta con una descripción clara, sino más bien con normas que establecen como se utilizarán los fondos”, remarcó Del Cid Pinillos.

Al igual que Matul, comentó que debe analizarse a detalle cómo quedará el 2021, para hacer las correcciones en la Comisión de Finanzas. Por ejemplo, en las fuentes de gasto no ejecutables destinadas a los ministerios.

Reordenamiento

En todo caso, el exministro considera que debe aprobarse un presupuesto para ordenar el tema de las finanzas, ya que se tienen readecuaciones de gasto que se hacen desde la perspectiva del organismo Ejecutivo, pero lamentablemente se pierde la visión del orden fiscal.

Y por el efecto “rebote” en la economía, hay “ciertos mayores ingresos fiscales”, pero la forma de ejecución también debe ser ordenada y transparente. Citó que en 2021, el Ministerio de Comunicaciones tiene asignadas fuentes no ejecutables por más de Q1 mil millones, “pero ¿de qué  sirve contar con un presupuesto aprobado, sino se puede ejecutar? Es ilógico y eso no es ordenar”.

Matul, recordó que actualmente, el presupuesto está influenciado por todo lo ocurrido en 2020, pero es un techo que viene del 2019 y no se trata de que el Congreso apruebe un cheque en blanco, refiriéndose a la propuesta del 2022.

Ambos consultados expresaron que las agencias de calificación de riesgo-país están al tanto de lo que está ocurriendo y es una variable a la que le prestarán atención en sus próximas evaluaciones.

La ejecución en el 2021

Hasta el pasado martes, la ejecución del gasto era de 62.85%, por un monto de Q67 mil 576 millones, según las cifras del Sicoin.

El Ministerio de Salud reporta un gasto del 73.58% que es el más alto del promedio, por un monto de Q7 mil 837 millones, y se asocia a la atención de la pandemia, que incluye la adquisición de insumos, medicamentos y recurso humano, entre otros aspectos que amerita la crisis sanitaria.

En segundo lugar, con una ejecución del 72.2% está el Ministerio de Educación, con un monto de Q12 mil 922 millones.

Para Del Cid Pinillos, la ejecución en Educación es mucho más fuerte porque el 80% de su presupuesto es para el pago planilla de personal, como los maestros y personal administrativo, así como un poco para inversión, aunque, según él, no hay mejora en la calidad educativa.

Precisó que este es el momento ideal para realizar cambios presupuestarios en el tema de la pandemia, como en la educación, para desarrollar aspectos tecnológicos y las clases realmente puedan impartirse de la mano con la tecnología.

A su criterio, no se justifica la implementación del seguro escolar, por lo que esos recursos deben orientarse a los programas de alimentación escolar para el 2022.

También citó que un presupuesto se aprueba en un año y se ejecutará en el siguiente, pero se empieza a observar alguna perspectiva económica complicada derivada del alza de los costos logísticos internacionales y el aumento del precio del barril de petróleo, que deben ser temas de discusión.

El aumento de las materias primas puede tener implicaciones en la inflación -alza generalizada de precios en la economía- que no puede ser compensada con la recaudación, ya que los productos podrían encarecerse hasta diez veces su valor actual y es algo que no se está debatiendo en el Congreso, concluyó.

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