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El engranaje del emprendimiento no se detuvo durante la pandemia, pero sí lo transformó

El 50% de los adultos guatemaltecos son potenciales emprendedores y durante el año pasado emprender se convirtió en la manera en que alrededor de 2.65 millones de personas generaron ingresos.

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El GEM analiza el emprendimiento como un proceso, que inicia desde que una persona tiene la idea de poner un negocio hasta que el mismo cierra. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

El GEM analiza el emprendimiento como un proceso, que inicia desde que una persona tiene la idea de poner un negocio hasta que el mismo cierra. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Desde el año 2009 el país cuenta con mediciones anuales de su actividad emprendedora, elaboradas por el Monitor Global de Emprendimiento (GEM por sus siglas en inglés –Global Entrepreneurship Monitor-).

El GEM es un consorcio de investigación sobre temas de emprendimiento conformado por entidades que representan países y toman la responsabilidad de aplicar una metodología estandarizada para construir estadísticas que permiten medir el emprendimiento.

Las mediciones de Guatemala las realiza el Centro de Emprendimiento Kirzner de la Universidad Francisco Marroquín.

En el ciclo 2020-2021 se levantó información para monitorear el emprendimiento en 43 países durante los meses de septiembre y octubre de 2020, en medio de la pandemia del covid-19. Precisamente, la llegada del virus redujo la participación de países que oscilaba usualmente entre 70 y 49, al verse afectados los ingresos de las instituciones que financian la realización del estudio.

Los indicadores de emprendimiento tienen una representatividad estadística a nivel nacional, anualmente se entrevista a casi tres mil guatemaltecos con una edad comprendida entre 18 y 64 años (personas adultas), para identificar si dentro de las acciones que llevan a cabo para generar ingresos realizan algún emprendimiento.

La actividad emprendedora se mide a través de encuestas que seleccionan hogares al azar que sean representativos a nivel nacional.

El GEM analiza el emprendimiento como un proceso, que inicia desde que una persona tiene la idea de poner un negocio hasta que el mismo cierra.

A las personas entrevistadas se les realiza una serie de preguntas para clasificarlas en distintas etapas dentro del proceso emprendedor, una vez identificadas, se divide la cantidad encontrada en cada etapa entre el total de personas entrevistadas. Aplicando estrictos protocolos de bioseguridad en 2020 se visitaron 28,155 hogares en 179 municipios y se completaron 2,905 entrevistas.

Del total de entrevistados se identifica a aquellos que tienen en mente poner un negocio en los próximos dos años y se les llama emprendedores potenciales (50% de las personas adultas en Guatemala son emprendedores potenciales).

La “tasa de emprendimiento temprano” (TEA por sus siglas en inglés –Total Early stage Entrepreneurial Activity-) es el indicador de emprendimiento más utilizado y mide el porcentaje de las personas entrevistadas que posee y administra un negocio de reciente creación (menos de 42 meses de estar funcionando).

El 28.3% de la población adulta en el país son emprendedores tipo TEA, de los 43 países que participaron en el estudio Guatemala tiene la quinta tasa más alta de emprendimiento temprano, superado únicamente por Angola (49.6%), Togo (32.9%), Panamá (32.4%) y Colombia (31.1%).

Aquellas personas con negocios que han estado funcionando por más de 42 meses se les llama emprendedores establecidos, el 12.3% de la población adulta tiene este tipo de negocios, resultado que ubica al país como el sexto con la tasa más elevada. Superado por Togo (17.8%), Corea del Sur (16.1%), Grecia (14.6%), Irán (14.5%) y Burkina Faso (12.4%).

Finalmente, aquellas personas que venden o cierran sus negocios se les llama emprendedores descontinuados, en 2020 el 6.8% de las personas adultas entrevistadas reportaron haber cerrado un negocio en el último año, de ellos el 35% indicó haberlo hecho por la pandemia del covid-19 y el 27% lo hizo porque su negocio no era rentable.

El impacto de la pandemia sobre el proceso emprendedor

La pandemia del covid-19 lamentablemente sigue causando fallecimientos y generando cambios significativos en las actividades diarias de la población.

En 2020 distintos gobiernos se vieron en la necesidad de articular estrategias para contener el virus y aliviar el impacto económico negativo que provocaba sobre la economía. Guatemala no fue la excepción, desde que se confirmó el 13 de marzo el primer caso positivo de covid-19 en el territorio nacional se impulsaron distintas medidas para contener su propagación y posteriormente el Organismo Legislativo aprobó la creación de programas específicos para atender la emergencia con un financiamiento de más de Q15 mil millones.

De pronto, únicamente se cuenta con indicadores económicos agregados que muestran que en Latinoamérica la economía guatemalteca fue la que menos decreció en 2020 (-1.5%) y que se recuperará en 2021 al proyectarse un crecimiento económico que oscilará entre 3%-5%. Sin embargo, todavía no se cuenta con información que determine el impacto que ha tenido el covid-19 sobre la calidad de vida de las familias guatemaltecas.

La información levantada por el estudio del GEM en Guatemala permite tomar una idea de la manera en que se reconfiguró el emprendimiento al comparar los resultados de 2020 con los del año anterior.

Al contrastar el porcentaje de las personas con negocios de reciente creación de 2019 (25.1%) con el de 2020 (28.3%) se encuentra un aumento de 3.3%, el equivalente a la apertura de poco más de 402 mil negocios adicionales.

No obstante, los negocios establecidos experimentaron una caída de 2.5%, pasando de una tasa de 14.8% en 2019 a 12.3% en 2020, el equivalente a 178 mil negocios establecidos menos.

Si a ese número se le agrega la cantidad de negocios que reportaron haber cerrado (que al compararse 2019 -4.3%- con 2020 -6.8%- se encuentra un aumento de 2.5%) que ascienden casi 247 mil negocios, se contabiliza en total el cierre de 425 mil.

La diferencia entre negocios abiertos y cerrados entre 2019 y 2020 nos alertan de la desaparición de 23 mil negocios y de la reconfiguración del proceso emprendedor, al existir ahora más negocios de reciente creación.

Es importante resaltar que el emprendimiento no únicamente se vio afectado por cambios en las proporciones de población adulta con negocios establecidos y de reciente creación, una tendencia que se acentúo en el 2020 es la disminución en la inversión realizada para iniciar negocios en Guatemala.

Cuando se analiza la inversión con la que el 50% de las personas arrancó un negocio en 2020 y se compara con la inversión realizada en 2019 (los datos se expresan en Quetzales con el poder adquisitivo del año 2020 para facilitar la comparación) se encuentra una reducción del 50% en los negocios TEA y del 38% en los establecidos.

Situación que nos permite apreciar que la llegada del covid-19 no creó una brecha significativa entre la cantidad de negocios creados y cerrados, sino que afectó su escala de operación al reducirla. Situación íntimamente ligada con la capacidad que tienen los negocios de generar empleo, incursionar en actividades económicas de mayor complejidad y ser resilientes a futuras condiciones adversas.

 Acciones agresivas, específicas y sostenidas para crear oportunidades

  • Ante la imposibilidad de migrar a los Estados Unidos durante varios meses (al encontrarse cerradas las fronteras por la pandemia) y ante la destrucción de casi 40 puestos de trabajo formal en el sector privado, en 2020 emprender se convirtió en la manera en que alrededor de 2.65 millones de personas generaron ingresos.
  • Situación que evidencia que la llegada del covid-19 ha hecho mucho más urgente que en Guatemala se implementen acciones concretas y contundentes de corto, mediano y largo plazo para crear condiciones que les permitan a los negocios existentes aumentar su escala y atraer inversiones estratégicas a través de las cuales se creen muchas más oportunidades de empleo formal.