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Guatemala mejora nota de riesgo país: ¿Cómo cambia esto el acceso al dinero para los que invierten?

La agencia Fitch Ratings elevó la calificación de riesgo crediticio de Guatemala de “BB-“ (negativo) con perspectiva positiva a “BB” (elimina el negativo) con perspectiva estable.

La mejora de la calificación significará que se abran nuevas líneas de crédito para las personas y empresas guatemaltecas que serán consideradas como buenos clientes para optar a recursos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

La mejora de la calificación significará que se abran nuevas líneas de crédito para las personas y empresas guatemaltecas que serán consideradas como buenos clientes para optar a recursos. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Las notas que emiten sobre un país las agencias de calificación de riesgo constituyen una referencia que consideran potenciales inversionistas, empresarios y organismos internacionales para tomar decisiones respecto a la posibilidad de conceder créditos o emitir recomendaciones sobre la conveniencia o no de realizar inversiones.

En tal sentido, la agencia Fitch Ratings elevó la calificación de riesgo crediticio de Guatemala de “BB-“ (negativo) con perspectiva positiva a “BB” (elimina el negativo) con perspectiva estable, lo cual mejora la imagen crediticia del país, lo que puede influir para lograr mejores condiciones en futuras colocaciones de títulos gubernamentales conocidos como Eurobonos.   Sin embargo, el país aún se encuentra a medio camino de lograr una perspectiva de Inversión, que es la calificación más alta.

Según un documento de Ministerio de Finanzas, que mide la escala de calificaciones de riesgo, la nota “BB”, equivale a: “probabilidad de cumplir con sus obligaciones, con cierta incertidumbre”; la nota “BBB” significa “adecuada capacidad de pago”; y una nota “B”, equivale a “alto riesgo crediticio”.

Por lo tanto, para Fitch Ratings, Guatemala se encuentra en una posición estable, aunque las mejores calificaciones son A, que implica “fuerte capacidad de pago”; “AA” alta calidad crediticia; y la “AAA”, la más alta calidad crediticia. Por el contrario, la nota “D” significa “incumplimiento”.

Ventajas para el sector privado

Según el consultor financiero Irving de la Cruz, la opinión/calificación que otorgó Fitch se estará materializado en el mercado real (sobre todo desde el exterior) en tasas de interés y todo lo relacionado con el dinero, “aunque eso está fuera de posibles ajustes que puedan surgir”.

A su criterio, la mejora de la calificación significará que se abran nuevas líneas de crédito porque las personas y empresas guatemaltecas serán consideradas como buenos clientes para optar a recursos, ya que lo primero que observan los bancos internacionales es cómo se encuentra el país desde el punto de vista macroeconómico. Entonces, el beneficio puede ser también para las empresas grandes y medianas.

“Si ven que el país es estable y tiene una calificación en mejora constante, se le considera apto para otorgarle líneas de crédito, sin ningún inconveniente. Eso es automático y los bancos internacionales autorizan préstamos para empresas y bancos locales, diciéndoles: señores, en cualquier momento disponen de líneas de crédito. Lógicamente, con las nuevas tasas que se están manejando en el mercado internacional”, apuntó.

Sobre los ajustes a las tasas de interés, expuso que una mejora en la condición del país no significa que se pueda optar a tasas menores, pues estas son regidas por el mercado. “Pero el impacto real, por medio de los créditos, si se refleja en las líneas de crédito que se obtienen, gracias a esas calificaciones”, indicó el especialista.

¿Qué se mide?

A manera de contexto, personeros de Fitch Ratings estuvieron en Guatemala a mediados de febrero y analizaron varios datos, antes de otorgar la mejora en la calificación. Y los exámenes que hacen las agencias de calificación de riesgo a los países incluyen el desempeño de indicadores como la actividad económica; déficit fiscal; necesidades de financiamiento local y externo; análisis de ratios deuda pública/PIB; intereses de deuda/ingresos; e indicadores del sector externo entre otros, expone el Consejo Monetario Centroamericano (CMCA) con sede en San José, Costa Rica.

El reporte “Calificaciones de Deuda Soberana para los países de la Región de Centroamérica, Panamá y la República Dominicana (CAPARD) al IV trimestre de 2022”, indica que las agencias calificadoras Fitch, Standard & Poor´s y Moody´s, realizaron revisiones y actualizaciones en las calificaciones de deuda soberana y perspectivas de riesgo país para Nicaragua, Panamá y República Dominicana; en el caso de este último, la revisión de Standard & Poor’s implicó un cambio en su calificación de riesgo.

En tanto que, para Costa Rica, El Salvador, Guatemala y Honduras, no se realizaron revisiones ni modificaciones, por lo que mantienen las calificaciones y perspectivas reportadas en el informe anterior. Fue hasta ahora que Fitch modificó la nota y la perspectiva a Guatemala.

Está pendiente la evaluación que realicen las agencias Moody´s y Standard & Poor´s, que aún mantienen invariables sus notas. Y una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI), también realizará una evaluación conocida como Capitulo IV que iniciará el 28 de febrero y concluirá la segunda semana de marzo, encabezada por María Oliva Armengol, que complementa las apreciaciones internacionales hacia Guatemala.

 

Los números presentados

Prensa Libre consultó a Edwin Martínez Cameros, ministro de Finanzas Públicas, sobre los números presentados a Fitch y destacó el crecimiento económico que se logró en 2022 que fue del 4 por ciento, mientras que en otros países de América Latino, hubo decrecimiento o incrementos mínimos, aparte de que Guatemala siempre tiene un tipo de cambio estable, que brinda certeza al empresario y a la inversión privada; aparte de que se logró una carga tributaria arriba del 12 por ciento, un déficit fiscal de 1.7 por ciento y se ha destinado buena parte de los recursos al gasto social, que son criterios que las calificadoras toman en cuenta.

Además, aseguró que se ha apoyado a los gobiernos locales, infraestructura, al sector justicia, y se han asignado recursos al fortalecimiento de las instituciones vayan funcionando bien. Aunque aclaró, que, en el tema de infraestructura, se ingresó tarde.

“Las calificadoras ven todo eso, y también se van a la parte de la empresa privada y todos los demás sectores, para tener su visión y comentarios de lo que está haciendo el gobierno”, puntualizó.

Beneficios, según el gobierno

Sobre los beneficios y ventajas de contar con una mejor calificación, dijo que esta es positiva para todo el país, no solo para el Gobierno, pues se reconoce la solvencia del sistema financiero y del sector privado organizado, aparte de que Guatemala fue uno de los pocos países que ha avanzado en este tipo de calificaciones.

“Fitch es la primera agencia que mejora la calificación de Guatemala y estaremos a la espera de lo que decidan Standard & Poor´s y Moody´s, pues con lo decidido por Fitch, pueden venir con una visión distinta del país”.

De acuerdo con el funcionario, en el exterior se ve muy bien a Guatemala, en cuanto al manejo de su macroeconomía y temas fiscales, por lo que, en principio, los bonos públicos que coloca Guatemala son muy apetecidos por los inversionistas, así como los mecanismos de pago (de la deuda).

“Cada día, se separa de los ingresos una cantidad específica para cumplir con los compromisos de deuda en el tiempo que corresponde y de esa forma, no se ha tenido atrasos con los acreedores”, aseguró.

Los criterios clave de Fitch:

  • Mejor, pero aún falta: La mejora refleja la fuerte recuperación fiscal y económica, y métricas externas favorables, luego de la pandemia y los choques de precios globales. La recuperación del PIB real pospandemia fue de las más rápidas de América Latina. Los déficits fiscales y la deuda siguen siendo los más bajos en la categoría “BB” y se han beneficiado de una mejor recaudación de impuestos.No obstante, señala que las calificaciones siguen limitadas por puntajes de gobernanza excepcionalmente débiles, que se han deteriorado aún más en los últimos años, así como los bajos indicadores de desarrollo humano.“La administración ha sido capaz de superar el estancamiento del Congreso para aprobar reformas y presupuestos; sin embargo, esto podría seguir siendo un desafió para el próximo gobierno después de las elecciones del 2023, dado un panorama político muy fragmentado.
  • Resiliencia económica pospandemia: Fitch estima que el PIB creció 4% en 2022 luego de una fuerte recuperación de 8% en 2021, y una leve contracción de 1.8% en 2020. “Esto representa una de las repercusiones más sólidas entre la calificadores y pares regionales, y se ha logrado sin apoyo de políticas a gran escala, y a pesar de un shock adverso de los términos de intercambio en el último año”.E indica que el sólido desempeño fue impulsado por el aumento de las remesas, el crédito y las exportaciones sólidas, pero para este año se prevé que la actividad económica se desacelere modestamente a 3.3% debido a una reducción del crecimiento global.
  • Crecimiento potencial moderado: A mediano plazo, se espera que el crecimiento converja a su potencial de 3.5% que se compara favorablemente con sus pares regionales, “pero es mediocre en el contexto de un alto crecimiento de la población. Las perspectivas de crecimiento siguen restringidas por cuellos de botella en infraestructura, capital humano de larga data, pero enfrentan algunas ventajas de la tendencia mundial de “localización cercana”.

¿Qué se espera con el FMI?

La misión del FMI está por llegar para realizar su respectiva evaluación, por lo que el ministro de Finanzas, Edwin Martínez, destacó que ellos ven cómo se han desarrollado la economía y la situación financiera, ya que, en esta temporada de pandemia, y del conflicto geopolítico internacional, la política fiscal juega un papel revelador.

“El FMI siempre viene a ver el tema de la recaudación, la carga tributaria y qué está haciendo en la administración tributaria, entidad que se ha modernizado, y en aduanas hay más certeza para los contribuyentes en cuanto a la disminución de la discrecionalidad en el cobro de los impuestos; también en cuanto a evitar la elusión y el contrabando. Todo eso es parte de la sistematización que se está dando y de manera integral, hay cambios”, aseguró.

Y según sus números, para este año hay certeza de cumplir con lo establecido en la meta de recaudación (Q86 mil 246.7 millones), monto que incluye Q482.6 millones provenientes del impuesto de salida del país y de Regalías e Hidrocarburos compartibles.

 

ESCRITO POR:

Urias Gamarro

Periodista especializado en macroeconomía, finanzas públicas e infraestructura, con 20 años de experiencia en medios radiales, impresos y digitales.