También hay casos en los que se observa a personas en estado de ebriedad conducir con impericia y molestarse con los policías de tránsito cuando estos intentan detenerlos y multarlos.
A veces, los enojos escalan a intercambios mutuos de palabras con los agentes y otras veces, incluso, se llega a los golpes. Sin embargo, en estos casos, la persona corre riesgo de que la policía lo pueda conducir a los tribunales de justicia, donde puede ser ligado a un proceso penal por distintos delitos.
Edwin Monroy, portavoz de la PNC, asegura que una persona puede ser detenida si es sorprendida agrediendo a una autoridad de tránsito. Ahora, si no hay agresión en flagrancia, se puede tomar denuncia en caso un agente de tránsito lo solicite, dice.
“Cuando hay agresiones y son sorprendidos en el acto, las personas son puestas a disposición de juez competente. Si Policía Nacional Civil llega y no ve que no hay agresión, pero en ese caso algún agente de tránsito indica que fue agredido, pero no hay flagrancia, se puede tomar la denuncia. Se identifica a la persona y se envía al Ministerio Público para que le den seguimiento al caso de la persona afectada”, dijo el portavoz.