Los gobiernos locales suelen hacer compras y destinar recursos para apoyar en la seguridad de sus municipios. Estas adquisiciones pueden ir desde armamento para los agentes policiales hasta la instalación de cámaras para prevenir actos delictivos o apoyar en la investigación para deducir responsabilidades legales.
El Código Municipal faculta a las comunas para crear su propia policía si lo estiman conveniente y cuentan con los recursos. Este cuerpo de seguridad queda bajo la jefatura del alcalde local y “se integrará conforme a sus necesidades, los requerimientos del servicio y los valores, principios, normas y tradiciones de las comunidades”. Asimismo, los obliga a observar las leyes de la República y velar por el cumplimiento de acuerdos, reglamentos, ordenanzas y resoluciones emitidas por el concejo.
En algunos municipios, las policías municipales se usan para resguardar edificios ediles o cualquier otro patrimonio como parques públicos. Sin embargo, en los últimos meses también se ha visto cómo alcaldes utilizan a sus agentes para efectuar patrullajes, a veces de forma individual y otras en acompañamiento a la Policía Nacional Civil (PNC).