Remembranzas

Remembranza: Augusto Hurtarte

Como un esposo ejemplar, intachable padre de familia, excelente profesional, abnegado catedrático y amigo incondicional describen a Augusto Hurtarte su esposa María Eugenia, sus ocho hijos y sus amigos. Él falleció el 9 de abril recién pasado.

Siempre venció las adversidades. Ganó tiempo para seguir sirviendo, aun cuando un derrame cerebral lo alejó del servicio médico y docente, en el 2004. Encontró en la decoración de cascarones una terapia con la que benefició a la Fundación Ayúdame a Vivir. Meses antes de su partida decoró 28 mil 500 cascarones para una actividad a la que llamó Campaña Cascarones, que el Club Rotario de Guatemala apoyó. Quienes lo conocieron reconocen que, sin duda, se fue satisfecho de esta vida, porque alcanzó cada uno de sus sueños y metas.

Amor por la docencia

Su amplia formación académica comenzó en 1948. Recibió el título de Cirujano Dentista en la Universidad de San Carlos (Usac). Continuó con diferentes especialidades en las universidades de Illinois, Michigan, Boston y Southern California. Su labor docente empezó en la Usac y, posteriormente, en la Facultad de Odontología en la UFM, que con la iniciativa de los médicos Ramiro Alfaro y Enrique Estrada Hillermann fundaron en 1976.

Su esposa recuerda que esa Facultad fue “su novena hija”, en la que volcó todos sus conocimientos para que esta disciplina alcanzara un nivel distinguido en nuestro país.

Su colega y amigo Ramiro Alfaro, decano de la Facultad de Odontología de la UFM, dice que el recuerdo más memorable que tiene de Hurtarte es cuando le preguntaron por qué había dedicado tanto tiempo a esta Facultad, y él respondió: “Porque he hecho de la misma y de la educación dental un verdadero apostolado”.

Su vida profesional lo llevó a formar parte activa de la Sociedad Dental de Guatemala, del Colegio Estomatológico y de la Asociación Dental Americana, entre otras. Además, fue fundador de la Asociación Guatemalteca de Prótesis Oral, instituciones que a lo largo de su vida reconocieron su legado.

Hombre intachable

“El mundo sería diferente si todos los seres humanos imitáramos muchas de las cualidades del doctor Hurtarte, a quien en más de 60 años de conocerlo nunca lo oí expresarse mal de ninguna persona”, asegura su amigo Estuardo Mata Castillo. Esa buena actitud también la recuerda su amigo Carlos Morales Lucero, quien compartió casi 50 años con él y según dice, Hurtarte fue alguien a quien en todas las áreas de su vida siempre le gustó actuar correctamente.

Sus aficiones

Siempre le gustó mucho la música clásica e instrumental, y en 1960 decidió aprender a tocar el clarinete y más adelante la guitarra.

Sus inclinaciones deportivas más grandes fueron las acuáticas, en las tranquilas aguas del Lago de Amatitlán. Fue hasta casi los 75 años que dejó de remar, esquiar y nadar.

Legado trascendente

Juan Pablo, uno de sus hijos, recuerda que en 1985 las Jornadas Odontológicas llevaron su nombre. En su discurso de agradecimiento mencionó que su mayor afán en la vida era hacer las cosas bien, para dejar un mundo mejor del que había encontrado. Sin duda, ese es el legado del doctor Hurtarte Estrany: la semilla que depositó en la Facultad de Odontología de la UFM ha empezado a dar frutos que se extienden por múltiples generaciones.

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