Revista D

Cómo fue el terremoto que azotó a Guatemala en una Navidad

La noche del 25 de diciembre de 1917, la celebración de Navidad se opacó a las 22.20 horas cuando los guatemaltecos salieron de prisa de sus viviendas para hallarse en medio de una nube de polvo que, una vez disipada, dejó ver a la ciudad desmoronándose. 

Aspecto de la 5ª. avenida y 17 calle de la zona 1 después de los sismos que hace un siglo destruyeron la ciudad de Guatemala. Al fondo se aprecia el Castillo de San José, hoy Museo Militar.

Aspecto de la 5ª. avenida y 17 calle de la zona 1 después de los sismos que hace un siglo destruyeron la ciudad de Guatemala. Al fondo se aprecia el Castillo de San José, hoy Museo Militar.

El remezón fue apenas el primero de varios más que hubo y que redujeron a la urbe a escombros.

Los documentos históricos remarcan cuán destructivos fueron esos eventos, pues dejaron a la capital sin los edificios públicos; las iglesias también fueron devastadas, al igual que cientos de hogares.

Los sobrevivientes buscaron espacios para pernoctar, y en ese momento pensaron que sería un refugio temporal pero, para muchos, se convirtió pronto en la única opción de vivienda, porque la cadena de sismos cesó hasta en enero de 1918.

Bajo la Luna llena

Un relato de esa fatídica noche fue incluido, en 1919, en el reportaje Las capitales destruidas de Centroamérica, publicado en la revista National Geographic.

Aduana Central. Antiguo edificio de la Aduana Central, ubicado en la 10ª. calle entre 12 y 14 avenidas, zona 1. El inmueble lo utiliza ahora la Policía Nacional Civil.

En el apartado Un terremoto navideño en Guatemala, el arqueólogo, historiador y antropólogo estadounidense Herbert Spinden (1879–1967) escribió acerca de los sucesos.

Anotó que el 17 de noviembre de 1917 la mitad de Amatitlán fue desolada por un fuerte sismo y que desde esa fecha empezaron a ser comunes los temblores en el país, pero el realmente desastroso fue el del 25 de diciembre.

Banco Colombiano. Fue uno de los primeros bancos fundados en el país. Abrió sus puertas en 1897. Estaba en la esquina de la 9ª. calle y 7ª. avenida, zona 1. Otro banco usa hoy sus instalaciones. 

“Ocurrió cerca de las 22:20 horas. Causó un daño considerable y sirvió como un fuerte aviso que sin duda salvó muchas vidas porque, a las 11:23 horas, hubo otro extremadamente fuerte que derribó muchas casas y mató, quizá, a 50 personas”, escribió Spinden. “Durante toda la noche, bajo una Luna llena ajena a los problemas, la población se acurrucó en los parques mientras la tierra se estremecía”, agrega la crónica.

Banco Internacional. Quedaba en la esquina de la 6ª. avenida y 10ª. calle, zona 1. Ahora funciona en el inmueble una panadería y restaurante.

Cerca del mediodía del 29 de diciembre, relata el arqueólogo, “otro fuerte remezón afectó la ya destruida ciudad y muchas edificaciones se vinieron abajo”.

La cadena de temblores no se detuvo. El 3 de enero de 1918, a las 10.40 horas, otra igual de intensa sacudió la capital y derribó las torres de la Catedral Metropolitana, y el 24 llegó el cuarto y más poderoso de los terremotos, con la fuerza suficiente para reducir lo que quedaba a ruinas.

Cerrito del Carmen. Solo una parte de la fachada y el retablo principal del templo quedaron en pie. Muchos damnificados habitaron las faldas del cerrito en improvisados campamentos.

En primera persona

Spinden dejó los formalismos académicos y periodísticos e incluyó en su reportaje los momentos que vivió durante el sismo del 24 de enero de 1918.

Él estaba hospedado en el Hotel Roma, enfrente de la Estación del Ferrocarril. Su posada quedaba cerca de la actual Plaza Barrios, en la 18 calle y 9ª. avenida de la zona 1 capitalina “Llegué a la ciudad de Guatemala unos 20 minutos antes del terremoto. Los demás hoteles estaban en ruinas y en las plazas había campamentos de refugio temporales hechos con chozas”, anotó.

Edificio de Correos. Se erigió en una parte de la propiedad que se expropió a la iglesia San Francisco. Estaba sobre el Paseo de La Sexta, entre 13 y 14 calles, zona 1. En su lugar, durante la época de Jorge Ubico, se construyó el Palacio de la Policía Nacional.

Unos minutos después del ocaso sintió que los platos de la mesa “comenzaron a vibrar y a bailar; las paredes y el techo crujieron y se tambalearon. Nos aglomeramos en las puertas, cayendo y tropezándonos para intentar llegar a la calle. Tanto de lejos como de cerca se oía el ruido de las paredes que caían. Una capa de polvo amarillo se levantó, ocultando la Luna y, aunque el temblor cesó, la nube siguió cubriendo la ciudad”.

Ese último movimiento, a su juicio, causó destrucción en un radio de 48 kilómetros.

“El miedo fue tal que pensamos que la tierra misma cedería para formar un volcán en medio de la ciudad”.

Edificio San Marcos. En este inmueble, ubicado en la esquina de la 8ª. avenida y 11 calle, zona 1, funcionó el Hotel Imperial. Ahora es edificio de apartamentos, en el primer piso hay un café.

En las casas, cuenta el historiador, “se rompieron las tuberías de agua y las personas se arriesgaban a beber de lo que se había derramado en las calles. En los cementerios, los esqueletos fueron expulsados de sus nichos y muchos restos fueron posteriormente incinerados. La pérdida de vidas en la ciudad de Guatemala rondó las 200 víctimas”.

Empresa Eléctrica. La antigua sede de la Empresa Eléctrica quedaba en la esquina de la 9ª. calle y 2ª. avenida, zona 1. Hoy es un edificio de un nivel del cual se ven solo sus muros.

A la intemperie

“Quizá cinco de cada cien casas podrán ser reparadas. Había por lo menos una docena de familias que todavía se atrevían a vivir en sus hogares derruidos”, anotó el arqueólogo estadounidense Marshall Howard Saville (1867–1935) en el informe El terremoto de Guatemala de diciembre de 1917 y enero de 1918.

En cada plaza y en los descampados alrededor de la ciudad, agrega Howard Saville “se levantaron campamentos con chozas hechas usando carruajes, muebles, puertas y ventanas dañadas; estas se cubrían con láminas, sábanas, manteles o alfombras”, 

Escuela 21 de Noviembre. Fue inaugurada casi un mes antes del primer terremoto de los que hubo entre diciembre de 1917 y enero de 1918. Estaba en la esquina de la 7ª. avenida y 3ª. calle, zona 1.En su lugar se construyó la Facultad de Ciencias Naturales y Farmacia.

Por aparte, el bibliógrafo guatemalteco Arturo Taracena Flores (1887-1970) publicó en 1970, Los terremotos de Guatemala. Álbum gráfico conmemorativo del cincuentenario (1917/1918-1968).

Taracena Flores poseía una colección muy completa de fotografías antiguas de la ciudad de Guatemala, anteriores y posteriores a los terremotos de 1917-1918.

Escuela Práctica de Varones. El Liceo Guatemala, en la zona 5 capitalina, ocupa el terreno que antes fue de la Escuela Práctica para Varones. El solar del inmueble fue destinado para construir el Jardín Botánico.

“Las fotos dan una idea completa de la magnitud de los sismos y constituyen los únicos testimonios gráficos existentes de los fenómenos telúricos acaecidos hace 50 años. Son importantes documentos que muestran lo que era la ciudad antes del aciago diciembre de 1917”, escribió en el prólogo el profesor Francis Gall, presidente de la Sociedad de Geografía e Historia, hoy Academia de Geografía e Historia de Guatemala. Dicha colección de imágenes forma parte del acervo del Centro de Investigaciones Regionales de Mesoamérica.

Hospital General. Los terremotos cambiaron el aspecto de la manzana del Hospital General San Juan de Dios, en la que hubo un cementerio, una capilla y el hospital. El templo y el centro de salud, con sus nuevos edificios, es lo que se puede apreciar hoy.

“Las gentes huían más que en una dispersión, en un amontonamiento, hacia plazas y plazuelas. A la intemperie, los tristes náufragos de la tormenta terrestre temblaban de frío y de miedo. Poco a poco la ciudad se fue convirtiendo en campamento”, escribió el bibliógrafo.

Agregó que “las primeras covachas, las improvisadas barracas, surgieron entre la arboleda de los parques, a lo largo de las calles, dentro de los solares y en los campos vecinos”.

Hotel España. Cerca del Parque Colón existió el Hotel España, quedaba en la esquina de la 11 avenida y 9ª. calle, zona 1. Fue también residencia del escritor guatemalteco José Batres Montúfar.

“Fue un heterogéneo conjunto de materiales, en que el zinc fraternizó con el petate y la madera con flotantes telas. La metrópoli cobró un vistoso y bizarro aspecto de agrupación de nómadas”.


Joyería La Perla. Este negocio estuvo en el inmueble de la 9ª. calle y 8ª. avenida, zona 1. En el edificio funcionaron varios locales más, así como el Gran Hotel. El inmueble sigue siendo de uso comercial.


Palacio de Gobierno. El Palacio de los Capitanes Generales contaba con detalles coloniales y estaba sobre la 6ª. Avenida entre 6ª. y 8ª. calles de la zona 1. En su lugar se construyó el Parque Centenario.


Palacio de La Reforma. Este edificio fue sede del Museo Nacional, era de estilo renacentista italiano. Su diseño y edificación fue obra de Francisco Durini y Andrés Galeotti. El proyecto contó con 30 estatuas de mármol.  En su lugar queda ahora la Plaza Obelisco.


Escuela Politécnica. La antigua sede de la Escuela Politécnica, posteriormente el cuartel de la Guardia de Honor, fue reconstruido siguiendo el patrón original y sigue en la Avenida de La Reforma, en la zona 10.


La Recolección. Pocos templos católicos resistieron. La iglesia de La Recolección perdió su cúpula, la bóveda y las torres del campanario. En los terrenos alrededor de la iglesia se levantó un campamento de damnificados que luego se convirtió en el barrio La Recolección.


Teatro Olimpia. Quedaba en la esquina de la 7ª. calle y 11 avenida, zona 1. El inmueble fue reducido a escombros. El aspecto de la calle del teatro era el que predominaba en toda la ciudad.

Crédito de fotografías:  Los terremotos de Guatemala. Álbum gráfico conmemorativo del cincuentenario (1917/1918 – 1968), de Arturo Taracena Flores.

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