Nació en Nueva Orleans. Sus padres se divorciaron cuando tenía 4 años, por lo que sus primeros años de infancia transcurrieron bajo los cuidados de sus tías en Alabama, al sur de Estados Unidos. Desde muy joven, la escritura se convirtió en su aliada para escapar de la soledad. Adoptó el apellido del segundo esposo de su madre, un cubano llamado Joe García Capote.

Este 25 de agosto se cumplen 29 años de su muerte. Dejó una extensa obra entre novela, cuento, teatro, guiones cinematográficos y trabajos periodísticos. Sus dos novelas más conocidas son Desayuno en Tiffany’s (1958) y A sangre fría (1966), esta última se enmarca dentro del género novela de no ficción. Se le considera uno de los referentes del nuevo periodismo estadounidense. El mérito radicó en que combinó la literatura con la investigación periodística.

Capote está catalogado como un maestro en el arte de la construcción imaginativa, tanto en los relatos cortos, como en sus reportajes o novelas, unido a su perfección estilística. Junto con William Faulkner, se le coloca en la cima de los grandes escritores estadounidenses del siglo XX.

Obra

Capote se mudó con su madre, Lillie Mae, a Nueva York. Se sabe que muy joven, 17 años, trabajó en revistas como New York, donde le permitieron publicar sus primeros cuentos, Miriam y Shut A Final Door, este obtuvo el premio O. Henry. A partir de allí comenzó su fama.

A Sangre fría, su novela más conocida y celebrada, le tomó varios años terminarla, porque debió esperar la ejecución por pena de muerte de los asesinos, con quienes al final entabló amistad.

A continuación, un extracto de una larga entrevista anónima hecha al gran escritor publicada por una asociación de escritores de Valladolid.

¿Qué escribió usted primero?

Cuentos. Y mis ambiciones más firmes giran todavía alrededor de ese género. Creo que el cuento, cuando es explorado seriamente, es el más difícil y el más riguroso de los géneros en prosa existentes. Todo el control y la técnica que yo pueda tener se lo debo enteramente a mi adiestramiento en ese género.

¿Lee usted mucho?

Demasiado. Y cualquier cosa, incluidas las etiquetas, las recetas de cocina y los anuncios. Soy un apasionado de los periódicos: leo todos los diarios de Nueva York todos los días y, además, las ediciones dominicales y varias revista extranjeras. Las que no compro las leo de pie en los puestos de revistas. Leo un promedio de cinco libros a la semana: una novela de extensión normal me lleva unas dos horas. Disfruto las novelas de misterio y me gustaría escribir una algún día. Aunque prefiero las buenas novelas, durante los últimos años mis lecturas parecen haberse concentrado en las cartas, los diarios y las biografías. No me molesta leer mientras estoy escribiendo, es decir, que no me sucede que mi pluma empiece a escribir de repente con el estilo de otro escritor. Aunque una vez, durante un prolongado período de lectura de James, mis propias oraciones se hicieron terriblemente largas.

Al cine

Capote conoció el éxito literario y este fue de la mano con una intensa vida social entre la aristocracia de Manhattan. Tan es así que su vida fue llevada a la pantalla grande en el 2005 por Bennet Miller, la cual narra el proceso de investigación de su libro A sangre fría. Fue interpretado por Philip Seymour Hoffman, quien ganó el Óscar por interpretar este papel. La película también tuvo cuatro nominaciones a los premios de la Academia.

De su obra y su vida también se llevó a la pantalla grande A sangre fría (1967), Desayuno en Tiffany’s e Infamous -Historia de un crimen, del escritor George Plimpton, sobre la vida de Truman Capote (2006).