Revista D

Parramos, el benjamín de Chimaltenango

Este municipio es bastante pequeño y tranquilo.

Antigua pileta de Parramos, situada en el parque central de la localidad. Foto Prensa Libre: Roberto Villalobos Viato. 

Antigua pileta de Parramos, situada en el parque central de la localidad. Foto Prensa Libre: Roberto Villalobos Viato. 

El pueblo de Parramos, con poco más de 15 mil habitantes, la mayoría de la etnia kaqchikel,  está en las amplias y fértiles llanuras del sureste de Chimaltenango. Este municipio tiene  tan solo 16 km cuadrados de extensión, por eso es el más pequeño de ese departamento.

Está a unos siete km de la cabecera y a 60 de la capital. Sus rutas de acceso están bien pavimentadas.

Debido a que se ubica lejos de las bulliciosas zonas urbanas, el aire se siente más puro. Claro, excepto cuando pasan ciertos camiones y buses que suelen expeler humo negro. Por lo demás, la atmósfera es limpia, con una temperatura que, por lo regular, no excede los 25 grados centígrados a lo largo del año.

Uno de los lugares más atractivos para visitar es la plaza central, donde predominan el verde de los jardines y los corintos de las fuentes y los antiguos lavaderos. Estos, además, cuentan con una pérgola bien cuidada. Eso le da un toque de elegancia.

Por ahí se pasean varios lugareños. Otros descansan en una de las muchas bancas que están justo bajo la sombra de los árboles. Algunos niños juegan en la cancha de básquetbol que, a la vez, funciona para partidos de papi futbol.
Incluso hay graderíos que, en ocasiones especiales, lucen llenos.

En otro punto del parque hay un quiosco.

En uno de sus costados  está el palacio de la alcaldía, que se inauguró en el 2003 y que tiene como vecinos varios locales comerciales. En un segundo borde, sobre la calle, hay un pequeño mercado.

Al lado está su iglesia pintada de crema. En este aspecto —el religioso—, es interesante detenerse a observar el sincretismo que predomina. De esa cuenta, en el interior del recinto católico, entre las innumerables placas de agradecimiento, hay una que cita: “Gracias hermano San Simón, por las siete casas, por los carros nuevos que me das, por la finca que me diste, por el ganado que me has dado”.

Así como en otros pueblos de Chimaltenango, en Parramos se lleva a cabo una gran celebración cada 28 de octubre en honor a San Simón, que también es llamado Maximón.

Sin embargo, la gran fiesta del municipio es el 28 de diciembre, día de los Santos Inocentes. En la semana previa se organizan diversas actividades, entre ellas, los bailes folclóricos del Torito y del Venado.

Historia

Hay noticias de Parramos que datan de mediados del siglo XVI. Desde entonces, tal como ahora, su tierra es conocida por ser muy buena para cultivar milpa y frijol negro.

Antes, el pueblo estuvo en otro punto, pero se decidió su traslado luego de que un terremoto lo destruyera el 3 de septiembre de 1874 —algunos historiadores creen que fue el 12 o 13 de ese mismo mes y año—. De cualquier forma, desde entonces, Parramos se encuentra en el paraje Panaj, en las inmediaciones del valle de Los Pinos.

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