El club castrense afronta una crisis, pero la actual dirigencia del ocho veces campeón de la Liga Nacional se ha trazado como meta un semestre impecable, y no solo salir de los últimos lugares, sino conseguir el tan anhelado ascenso a la Liga Nacional, un hito en la historia del futbol guatemalteco.
Lleno de gloria
Fundado el 14 de abril de 1945, el equipo tenía el nombre de Aurora de la Guardia de Honor. Dos años más tarde debutó en la Liga Nacional y era dirigido por Alfredo Fero Castellanos.
Para lograr su primer título necesitó 17 años, y para ello llegó el técnico más laureado del futbol guatemalteco, el uruguayo Rubén Amorín, en 1964. En esa ocasión se coronaron en el estadio de Escuintla, ya que la gramilla del Mateo Flores estaba siendo remodelada para el segundo Campeonato de Naciones de la Concacaf de 1965.
Además de ese campeonato, Amorín llevó a la gloria al equipo en 1966, 1967 y 1984. También les dio cuatro subcampeonatos.
En ese campeonato de 1984, Juan Manuel Memín Funes era uno de los nuevos talentos. “Fue una época tan agradable, porque era un equipo bien organizado, con buenos dirigentes, cuerpo técnico y jugadores”, recuerda el actual entrenador de las selecciones menores del país, quien añora esa época. “Nos duele mucho que un club con tanta historia no esté en la mayor, porque era protagonista y le peleaba a rojos y cremas. Además aportaba jugadores a la Selección porque era formador”, lamenta Memín.
Trago amargo
Después de todos esos momentos de satisfacción comenzó otra historia. Problemas económicos —falta de apoyo de los distintos gobiernos—, administrativos, políticos, deportivos y malas decisiones pusieron en peligro al equipo hasta llevarlo a Primera División.
El general Rudy Ortiz, actual presidente de los aurinegros —tomó el control el pasado 15 de septiembre del 2013— y jefe del Estado Mayor de la Defensa es el artífice de la nueva iniciativa, que trabaja junto al Ministerio de la Defensa.
Sentado en un sofá, en la sala de trofeos de las oficinas del Estadio del Ejército, Ortiz habla de las aspiraciones y sueños que tienen con el equipo al que dirige. “Este proyecto comenzó en julio del 2013, cuando fui nombrado presidente. Es una empresa ambiciosa pero que tiene mucho apoyo, ya que se ha convertido en un objetivo del Ministerio de la Defensa”, señaló, mientras se lamentaba que Aurora nunca debió abandonar la Liga Nacional.
Para conseguir sus objetivos, la actual administración trabaja sobre tres líneas de acción: deportiva, propaganda y patrocinadores.
En el ámbito deportivo ya tomó el control el entrenador guatemalteco Antonio Archila, en sustitución de Adán Onelio Paniagua. Además integraron en el equipo a varios jugadores nuevos y de experiencia, entre los que destacan el delantero Sandro Zamboni, el portero Ricardo Trigueño Foster, quien ya había estado en el club, y el mediocampista Fredy Iboy. Este último fue formado desde sus inicios en las filas castrenses, y juntos pueden inyectarle al resto el amor por el cuadro.
En el área de propaganda, buscan una mayor difusión de lo que hace el equipo, y en cuanto a patrocinio ya cuentan con seis sponsors, que van desde instituciones bancarias hasta marcas de bebidas, entre otros, ya que el club no recibe ninguna asignación presupuestaria del Ministerio de la Defensa, con lo cual buscan tener el respaldo necesario para cumplir sus metas y cubrir el presupuesto de cada temporada, a fin de evitar caer de nuevo en los mismos problemas económicos.
Para esta nueva era, uno de los retos es lograr que un equipo que no ha contado con mucha afición —por tener el apoyo militar— logre despertar un interés mayor en la población guatemalteca. El primer cambio será regresar a jugar los sábados al tradicional horario —15 horas—, y como era costumbre, escuchar la banda del Ejército en los graderíos.
El ídolo
Jorge el Grillo Roldán jugó toda su carrera con Aurora. El último técnico campeón nacional y quien levantó la Copa con los aurinegros tiene sus dudas sobre la estrategia de la nueva directiva.
Roldán señala que para ascender es necesario tener un equipo sólido en todas las líneas. “Es una situación bastante difícil, ya que son los últimos en su grupo y ellos no pueden perder más de tres partidos, pues si lo hacen será difícil librarse de los puestos del descenso”, apunta.
Además, señala que lo más importante es alcanzar objetivos, uno a la vez. “Ahora deben preocuparse por no quedar en posiciones de descenso ni repechaje, y la próxima temporada buscar subir de categoría”, explica el Grillo, quien considera que lo primero será lograr una buena estructuración en la organización del club, con una dirigencia consolidada.
Con voz segura y serena, Roldán no niega que esté interesado en regresar a la estructura del club, pero no desde el banquillo, sino con la figura de director técnico general o directivo.
“Solo he estado en grupos de apoyo, pero es diferente”, confiesa el entrenador, y agrega que acude a apoyar al equipo aurinegro en todos los partidos que juega como local, pues es uno de los seguidores más identificados con esa oncena.
Amor a la institución
Aurora logró el último título en la temporada de 1992-1993, de la mano del técnico Roldán, estratega con quien llegaron a tener 21 partidos sin perder, desde el 21 de octubre de 1992 al 21 de marzo de 1993. En esa época festejaron su octavo campeonato.
Para entonces contaban con jugadores como Édgar el Gato Estrada, quien logró ser el menos vencido en la temporada de 1995-1996; Julio Girón, Juan Manuel Dávila, Washington Castagnero y Víctor Hugo Monzón, el gran capitán, quien recuerda con mucha nostalgia ese último partido frente a Amatitlán. Comunicaciones fue segundo.
“Fue muy especial, porque en Aurora sabíamos que teníamos un buen equipo y nos incomodaron algunos comentarios de jugadores de Amatitlán. Entramos con una gran convicción al juego y rápido tomamos ventaja y ganamos el título”, cuenta Monzón, quien había regresado esa temporada al equipo y, como capitán, levantó la Copa.
“La calidad de futbol que hacía el equipo era muy táctico, que le gustaba a la gente. Aurora siempre fue un gran plantel. Lastimosamente ha venido de menos en los últimos años”, lamenta.
Así como Roldán y Monzón, muchos jugadores han visto desde afuera cómo el equipo ha luchado entre la Primera y Segunda División.
“Aurora lucha por regresar a la máxima categoría. Ojalá que con un esfuerzo de dirigencia, jugadores y gente que está ahí adentro el equipo pueda regresar a la máxima categoría”, expresa Monzón
POR EL SUEÑO
La visión del coronel Ortiz no es solo subir y participar, sino llegar a ser nuevamente el equipo competitivo que fue.
“Los objetivos del Ejército siguen siendo los mismos. Es la única institución que le da continuidad a los mismos. No podemos dejarlos a medias”, afirma el dirigente.
El equipo militar ha sido a lo largo de la historia semillero de talentosos jugadores nacionales.
Con este panorama todo queda servido para que este fin de semana los militares comiencen la aventura de 18 juegos en la fase de clasificación que les permita salir de zona de descenso y luego pelear por el pase a la siguiente ronda, para buscar el repechaje por el ascenso, algo en lo que no solo piensan los dirigentes, sino también aficionados que sueñan con volver a ver rugiendo al tigre en la gramilla del estadio del Ejército, para regresar al lugar adonde pertenece: la Liga Nacional.